Un violento accidente con suerte. Así podría resumirse el choque protagonizado por un joven ebrio que se movilizaba en un Peugeot 207 por el barrio porteño de Palermo. El conductor, que según testigos iba a una gran velocidad por la avenida Juan B. Justo, golpeó la parte trasera de una camioneta a la altura de la calle Nicaragua e intentó escapar. Una cuadra después fue detenido por la Policía y casi de milagro, no hubo heridos.
El hecho se produjo poco después de las 6 de la mañana, cuando el joven, con un elevado estado de ebriedad, chocó una camioneta Nissan Pathfinder, que terminó incrustada de culata contra un local. En medio del pánico que le produjo la situación, no tuvo mejor idea que escapar en su auto con la parte delantera completamente destruida. A la altura de la calle Soler, la Policía logró detener al joven, quien estaba acompañado por dos amigos.
Según contaron testigos, el conductor se rehusó en un principio a bajarse del auto, por lo que su padre tuvo que ir al lugar y casi a los golpes, obligarlo a salir del vehículo para que la Policía se lo pudiera llevar detenido.
Según pudo reconstruir Infobae, minutos antes del choque, el joven se detuvo en la esquina de Fitz Roy y Gorriti, donde discutió con uno de los amigos que lo acompañaba en el auto por el estado de ebriedad con el que estaba manejando. El acompañante decidió bajarse del auto y por una cuestión de segundos, se salvó de estar involucrado en el violento choque.
"Venía a los chapazos. Me toca el eje trasero y pierdo el control. Yo iba al trabajo y me chocó. Creo que iba borracho. El tipo no puede ir a la velocidad que iba", relató a un canal de noticias el conductor de la Pathfinder.
Ayer, otro conductor ebrio protagonizó un violento accidente. En la autopista Buenos Aires-La Plata, con 2,44 grados de alcohol en sangre, embistió por detrás a un auto de seguridad vial que circulaba a la altura del kilómetro 24. Un trabajador vial y la acompañante del conductor resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital.