Conmoción en Nueva York: dos policías fueron asesinados dentro del auto patrullero

Los agentes fallecieron en el hospital luego de ser acribillados cuando se encontraban en el interior del vehículo policial en Brooklyn. Según medios locales, el agresor luego se habría suicidado en una estación de metro

@RobPulseNews 163
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Dos agentes de la Policía de Nueva York murieron tiroteados este sábado en Brooklyn, informaron fuentes policiales. El agresor, quien los atacó cuando patrullaban en este barrio del sudeste de Nueva York, murió también, según los medios locales.

El ataque tuvo lugar en Brooklyn, en el barrio de Bedford Stuyvesant a las 14.50 hora local (19.50 GMT), indicó un vocero de la policía a la AFP. Esta fuente no quiso confirmar la muerte de los dos agentes, pero en Twitter, dos responsables de comisarías neoyorquinas dijeron que oraban por sus compañeros fallecidos.

"Nuestras plegarias están con nuestros compañeros ejecutados en el ejercicio de sus funciones", escribió el inspector Michael Deedo, de la comisaría 66 de la policía de Brooklyn.

Fuentes policiales dijeron a los medios que el agresor aparentemente se disparó en el andén de una estación de metro, aunque el iDaily News/i cita a un testigo presencial que asegura que la Policía abrió fuego contra él.

Fue identificado por este medio como Isamaaiyl Brinsley, de 28 años, sería miembro de una pandilla de Baltimore y habría expresado en los medios sociales su voluntad de matar policías.

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La policía anunció una conferencia de prensa para este sábado por la tarde.

Desde 2011 que no se producía la muerte de un policía en servicio por disparos en Nueva York.

Este drama ocurre en un contexto de tensión tras el caso Eric Garner, un padre de familia negro muerto en julio en Staten Island, un barrio de Nueva York, cuando un policía blanco le aplicó una llave de estrangulamiento que le impidió respirar.

A principios de mes, un gran jurado decidió no emprender acciones penales contra el policía que sometió a Garner por la fuerza tomándolo por el cuello, una práctica prohibida en Nueva York.