El control certificado de los juguetes, una prioridad para padres en Navidad

En vísperas de las Fiestas crecen las dudas acerca de la toxicidad o ingesta accidental de juguetes que violan los controles de calidad. Infobae habló con una especialista encargada de evaluar los aspectos físicos y químicos que ayudan a identificar cuáles son los objetos de diversión aptos para el uso de los chicos

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La noticia causó impacto: el mes pasado, a raíz de una denuncia la cadena de comida rápida McDonald´s retiró del mercado canadiense 2,3 millones de juguetes de Hello Kitty que entregaban con algunas de sus cajitas felices, porque representaban un peligro de asfixia. Si bien ninguno de los artículos en cuestión llegó a la Argentina (la Hello Kitty Birthday Lollipop Toy N°6 acompañada de un silbato rojo), aún en países con rigurosos controles de calidad existe el riesgo de que los menores manipulen elementos de entretenimiento que no han sido avalados por ningún organismo de inspección.

"La regulación aplicable en Argentina se basa en una reglamentación del Mercosur que establece la forma de evaluar un juguete para poder venderlo en el país", explica Verónica Giovazzini, jefa del área comercial del laboratorio de química de Lenor Group y especialista en certificación de juguetes. "El reglamento de peritaje impone ensayos obligatorios de tipo mecánico, eléctrico, químicos, de etiquetado, etc. Lo que debe hacer el fabricante o importador es presentar sus productos ante un ente certificador; de modo que no debería haber en Argentina un sólo juguete sin avaluar", aclara la especialista. Sin embrago, las consultas en hospitales y centros de salud primaria son una constante entre padres que han comprobado en sus hijos la ingestión accidental de un objeto extraño proveniente de un juguete, o la manifestación de ciertos signos fisiopatológicos (fiebre, vómitos, dolor abdominal, diarrea, etc.) a raíz del contacto con un objeto de recreación.

La ingesta o aspiración de cuerpos extraños son la cuarta causa de muerte accidental (y evitable) en niños menores de 3 años y la tercera en chicos menores de 1 año. Otro tanto sucede con las pinturas que contienen plomo. El envenenamiento con esa sustancia puede causar vómitos, anemia y dificultades de aprendizaje. En casos extremos puede provocar daños neurológicos graves y la muerte.

Los juguetes fabricados con PVC (policloruro de vinilo) contienen ftalatos, un grupo de sustancias químicas que se utilizan como flexibilizantes para los plásticos. Los ftalatos se encuentran además en materiales de construcción, productos de limpieza, cosméticos, dispositivos médicos y otros productos de consumo masivo. Un estudio, disponible en inglés, halló una relación entre la exposición prenatal a ftalatos y alteraciones en los órganos reproductivos de los niños varones; otro, vinculó la menor cantidad de hormonas sexuales en bebés varones con elevadas concentraciones de ftalatos en la leche materna. Por otra parte, estudios científicos demuestran que los recién nacidos sometidos a cuidados intensivos pueden recibir cantidades importantes de ftalatos por contacto directo e indirecto de dispositivos médicos de PVC- DEHP.

En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación dictó la resolución 583/08, que restringe la presencia de tres ftalatos (DBP, BBP y DEHP) para los artículos, o partes de estos, de material flexible y la presencia de otros tres (DNOP, DINP y DIDP) para los artículos, o partes de estos, de material flexible que puedan ser introducidas en la boca por los niños.

"Esta resolución también definió que el ingreso al país de artículos de puericultura y juguetes fabricados con materiales flexibles requiere la presentación de un informe técnico de INTI Plásticos que acredite el cumplimiento de los términos establecidos", precisa la Dra. María Della Rodolfa, responsable de programas, Salud sin Daño para América Latina, y agrega: "También hay que tener en cuenta que los ftalatos no están unidos al plástico y con el tiempo se liberan del juguete que los niños utilizan". Además, en 2011, una modificación de la resolución mencionada permite la incorporación de certificadoras privadas y laboratorios, por lo que en la actualidad se aceptan los certificados basados en informes de ensayos.

La opción más segura es evitar la exposición innecesaria a estos químicos y que los fabricantes ofrezcan más alternativas en los diversos productos, para reducir el impacto sobre la salud de las personas y el ambiente, aclaran desde Salud sin Daño, una organización no gubernamental que trabaja por la salud ambiental.

i¿Qué son las certificaciones de conformidad? /iEn general, para el caso de productos vinculados con los niños, existen dos certificaciones: Seguridad en juguetes (Res. 163/2005), donde se detalla la obligatoriedad de incorporar el sello de seguridad (S) y el marcado de prohibición de piezas pequeñas No apto para menores de 3 años. Contenidos de ftalatos (Res. 2/2011), donde se aclara que el objeto posee dicha sustancia.

"Con estos visados los papás podemos comprar con tranquilidad juguetes para nuestros hijos. Ésa es la garantía de que el producto ha sido testeado", enfatiza Giovazzini. "Nosotros decimos que no importa el canal de venta a través del cual se adquiere un juguete, lo importante es que al rechazar ese producto que no ha sido testeado, estamos forzando al fabricante o importador a que haga los ensayos correspondientes, dado que ese objeto de consumo va a ser manipulado por el público más sensible de la cadena de compra", concluye.

-Prestar atención a las etiquetas que presentan los juguetes. Obligatoriamente, tienen que llevar: la marca "S", que significa que el producto cumple con las normas de seguridad del Mercosur; si es o no apto para menores de 3 años; el nombre y la marca del producto; la razón social y la dirección del fabricante o importador; las instrucciones y advertencias de uso; y, en caso de tratarse de juguetes eléctricos, se debe especificar su potencia máxima, la tensión de alimentación que precisan y su consumo energético.

-Comprobar su calidad. Si se compra una muñeca, un oso de peluche o algo parecido, probar que los ojos, las orejas, etc. estén bien cosidos o pegados, sin que haya peligro de que se desprendan. Si se adquieren cometas u otros juguetes voladores, chequear si lleva una advertencia de que no debe ser utilizado cerca de las líneas eléctricas. Si los objetos de entretenimiento son náuticos, que haya consejos de que se pueden utilizar en el agua, y siempre bajo la supervisión de un adulto. En los casos de juegos con experiencias químicas, dirigidos a mayores de 10 años, deben contener advertencia de que contienen sustancias peligrosas.

-Prestar atención a las instrucciones y advertencias de los cargadores de baterías. Algunos carecen de mecanismos para prevenir el recalentamiento, y las pilas también pueden ser la causa de graves accidentes.

-Los que utilizan corriente eléctrica deben tener un enchufe de seguridad.

-Evitar juguetes que tengan bordes afilados, cortantes o en punta, principalmente para los niños menores de ocho años.

-Observar que el silbato de goma que suena no pueda desprenderse y ser tragado. Debe estar fabricado todo en una sola pieza.

-Tener cuidado con aquellos que se parecen a algún alimento. Los niños pueden intentar comérselos.

-Para los niños menores de tres años, evitar juguetes que contengan piezas pequeñas. El objeto debe ser lo suficientemente grande para que no pueda ser tragado.

-Aquellos que son para bebés deben estar fabricados con materiales que no se rompan. Además deben evitarse los que estén pintados o barnizados.

-Los juguetes sobre ruedas, patinetes o patines, siempre deben utilizarse acompañados de un casco y un equipo de seguridad adecuado al tamaño del pequeño.

-Los juegos con proyectiles no están indicados para los niños pequeños. Su uso inadecuado de esos juguetes podría causar serias lesiones en los ojos.

-La tarea de cargar las baterías debe ser siempre supervisada por un adulto. No permita que su hijo pequeño maneje pilas o adaptadores.

-Una vez abierto los regalos, desechar todas las envolturas plásticas para evitar que se conviertan en artículos dañinos para jugar.