"Pensamos que el proceso de paz es realmente valioso, que es la única salida que tenemos a la guerra que hemos vivido", dijo Camilo Villa, hijo de un abogado asesinado en 1992 por paramilitares, en una rueda de prensa.
Según la ONU, las víctimas del conflicto armado colombiano -que terminaron este martes de entregar sus testimonios en Cuba- son los únicos "héroes y heroínas" de una contienda plagada de atrocidades.
Una quinta y última delegación de 12 víctimas relató durante cinco horas sus vivencias ante los equipos negociadores del gobierno y de la guerrilla comunista de las FARC, con el fin de que sus demandas sean incluidas en un eventual acuerdo que ponga fin a un conflicto de más de medio siglo, que ha dejado 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados.
"Cuando yo llegué a Cuba (el lunes) venía bastante escéptica, en la reunión tengo grandes esperanzas, tengo la convicción de que las partes están totalmente decididas a sacar adelante este proceso", declaró Magda Correa, hermana de un académico asesinado en 2004.
La ex senadora izquierdista Piedad Córdoba, quien ha mediado en liberaciones de cautivos de las FARC, fue una de las 12 víctimas que hablaron este martes. En total 60 afectados relataron sus vivencias ante ambas delegaciones, encabezadas por Humberto de la Calle (por el gobierno) e Iván Márquez (por la guerrilla).
La paz "ahora está más cerca que nunca", dijo Córdoba, tras narrar su secuestro a manos de paramilitares en 1999. En tanto, la alcaldesa María Susana Portela, de la ciudad de Florencia, relató el ataque de las FARC en que recibió siete tiros en 2002, lo que la obligó a 10 cirugías y andar en silla de ruedas dos años.
Por su parte, el cabo Juan Manuel Hernández, que perdió un ojo en un atentado de la guerrilla en 2002, dijo que hablaba "en nombre de todos los militares y policías muertos".
"Un punto fundamental que exigen las víctimas es un reconocimiento y el solo hecho de escucharles con mucho respeto ha sido una muestra de reconocimiento", dijo a la agencia de noticias AFP el jefe de la oficina de la ONU en Bogotá, Fabrizio Hochschild, quien coordinó el viaje de las delegaciones de víctimas a Cuba.
Esta sesión a puertas cerradas contó con la presencia de diplomáticos de los países "garantes" y "acompañantes" del proceso de paz: Noruega y Cuba, Chile y Venezuela, respectivamente.
Como símbolo de esperanza, las víctimas plantaron un árbol en un jardín de "El Laguito", el complejo de residencias de protocolo cubano donde se realizó esta sesión y donde se hospedan las delegaciones de paz.
"El árbol de la vida" es una esperanza "en la búsqueda de la paz con justicia social", dijo Córdoba en la emotiva ceremonia en el jardín.
Márquez y De la Calle y diplomáticos de Cuba y Noruega dieron paladas de tierra, y los de Chile y Venezuela regaron el árbol.
El árbol fue bendecido por el presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, Luis Augusto Castro, y luego una de las víctimas, Francia Márquez, cantó la canción "Colombia hambrienta de paz" que ella compuso tras una matanza perpetrada por paramilitares de derecha en 2001.
Las sesiones de testimonios comenzaron el 16 de agosto y fueron las jornadas más conmovedoras de las negociaciones de La Habana, iniciadas en noviembre de 2012, al estar cara a cara por primera vez los afectados, que piden verdad y justicia, con sus victimarios.
"Yo creo que en Colombia, después de 50 años de conflicto, en una situación donde hubo atrocidades de todos los actores armados, es difícil hablar de héroes", declaró recientemente Fabrizio Hochschild a AFP.
"Los verdaderos héroes y las verdaderas heroínas de ese conflicto para mí son precisamente las víctimas", agregó el funcionario de la ONU.
Las 60 víctimas fueron seleccionadas por la ONU junto a la Universidad Nacional y la Conferencia Episcopal colombiana. Algunas de ellas recibieron amenazas tras regresar desde La Habana.
Esta última jornada de testimonios se retrasó casi un mes debido a la interrupción del proceso de paz por parte del presidente Juan Manuel Santos, luego de que las FARC capturaran el 16 de noviembre a un general (ya liberado) que se aventuró sin escolta en una zona selvática controlada por la guerrilla.
Las FARC liberaron al general y a otros cuatro cautivos -tres soldados y una mujer-, lo que permitió reanudar las negociaciones.
Hasta ahora el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han consensuado tres de los seis puntos de la agenda de paz.