El Basel Institute on Governance (Instituto de Gobernanza de Basilea) es un ente multidisciplinario no gubernamental e independiente con sede en Suiza, especializado en prevención de la corrupción y el lavado de dinero, y en la promoción de políticas de buen gobierno.
Desde 2012 realiza un ranking en el que clasifica a 162 países según el grado de vulnerabilidad de su infraestructura jurídica e institucional frente al blanqueo de activos ilícitos. Para ello establece un índice, en el que 0 significa la ausencia de riesgos, y 10, una indefensión absoluta ante estos delitos.
El país más vulnerable del mundo es Irán, que recibió 8,56 en la edición 2014 del ranking. Ese resultado se obtuvo luego de promediar 14 indicadores que miden, entre otras cosas, la independencia y eficiencia de los organismos de control y del sistema judicial, los niveles de corrupción, los recursos con los que cuentan los entes que supervisan el sistema financiero, y la transparencia de las instituciones públicas.
En segundo y tercer lugar quedaron Afganistán, con 8,53, y Camboya, con 8,39. Junto a Tayikistán (8,34), Irak (8,22) y Myanmar (7,89), son seis los países asiáticos que están entre los diez con mayores riesgos. Los otros cuatro son africanos: Guinea-Bisáu (8,25), Mali (8,06), Suazilandia (7,92) y Mozambique (7,92).
Sólo Finlandia y Estonia califican como países de bajo riesgo, al no superar el umbral de 3,3. El tercero menos vulnerable es Eslovenia, con 3,38, y el cuarto es Lituania, con 3,64.
Luego se encuentran Bulgaria (3,83), Nueva Zelanda (3,83), Bélgica (3,91), Polonia (3,95), Malta (3,97) y Jamaica (3,98), el único representante de las Américas.
Sólo dos latinoamericanos están entre los 20 mejor protegidos contra el lavado de dinero: Chile, con 4,07, y Perú, con 4,42. También están relativamente bien posicionados Colombia (4,61) y El Salvador (4,86).
Por el contrario, Paraguay y Haití están entre los 20 más vulnerables, con 7,59 y 7,41 cada uno. Y entre los 40 se encuentran Bolivia (7,32), Panamá (7,16) y Argentina (6,71).
Sólo dos están entre los 20 mejor protegidos contra el lavado: Chile y Perú
Si se considera el lavado de dinero exclusivamente a través de canales bancarios, la situación es aún más preocupante para la región. "Se advierte que entre los diez países con mayor difusión, seis son de América Latina: Argentina (6,86), Colombia (6,57), Haití (6,43), Paraguay (6,43), Nicaragua (6,29) y Bolivia (6). El país de la región que muestra la mejor clasificación es Chile (3), que ocupa el lugar 67 entre 80 países", cuenta José de Jesús González Rodríguez, investigador de la Dirección de Desarrollo Regional del CESOP, México, en diálogo con Infobae.
"En el caso del lavado de dinero a través de canales no bancarios -continúa- se observa un patrón similar, aunque la extensión a través de estos canales es mayor. De los diez países en esta categoría, siete son latinoamericanos: Colombia (8), Haití (7,86), Argentina (7,29), Paraguay (7,29), Nicaragua (7,14), Guatemala (7,14) y Bolivia (7). Nuevamente, Chile ocupa el mejor lugar (4), seguido por Uruguay, con 5,14".
Cómo se blanquea el dinero sucio
"El lavado de dinero es un problema muy grave en América Latina. Una razón fundamental es la producción de estupefacientes, que genera una cadena de delincuencia muy fuerte en la región. Es un factor importante de desarrollo de una economía ilegal que busca legitimarse en los escenarios que tiene a mano", dice Bruno Tondini, director de la especialización en derecho tributario y finanzas públicas de la Universidad Católica de la Plata, Argentina, consultado por Infobae.
¿Cómo se legitiman esos ingresos espurios? "Fundamentalmente -continúa- se realizan operaciones de triangulación bancaria con países de secreto fiscal. Allí desaparecen los rastros del origen criminal del dinero. Luego, eso se reinvierte en múltiples actividades, como la prestación de servicios turísticos o financieros, o los negocios inmobiliarios".
"Si un hotel dice que funciona al 100% de su capacidad, ¿quién verifica que sea así?"
El contador mexicano Raymundo Salvador Garcia, socio de Business Advisory Services especializado en prevención del lavado de dinero y financiación del terrorismo, también recalca el lugar preponderante del turismo en los entramados de blanqueo. "Los hoteles, los centros nocturnos, los restaurantes se utilizan mucho porque la gente puede ir y gastar mucho dinero sin que haya un control específico. Si un hotel dice que funciona todos los días al 100% de su capacidad, ¿quién verifica que sea o no sea así, si dice que todos pagan en efectivo? Es muy fácil", explica a Infobae.
Por eso, la clave de la prevención está en controlar y regularizar, en sacar de las sombras a las actividades que se mueven en los umbrales de la ley, y en fortalecer a los institutos de contralor y supervisión.
El estado del combate al lavado en América Latina
"En la región se puede desarrollar un lavado de dinero más primitivo que en el primer mundo, donde se requiere un nivel de complejidad más alto. Esto se debe a que hay menos controles en la forma de hacer negocios y hay muchas entidades financieras no reguladas, que son utilizadas por los grupos criminales para filtrar los activos provenientes de su actividad ilícita", dice Garcia.
Esta circunstancia impulsó en los últimos años modificaciones en los marcos jurídicos de la mayor parte de los países, para poder dar una respuesta judicial a un delito que en el pasado era muy marginal. "Ha habido fuertes avances en los aspectos normativos, a partir de una actualización de las leyes. Argentina y otros países se han colocado al nivel de los principales del mundo, y cuentan con herramientas claras para la criminalización judicial del lavado de dinero", dice Tondini.
"En Argentina, el índice de condenas por estos delitos es muy bajo"
"Donde todavía estamos en una etapa de transición es en la última fase, teniendo en cuenta que son tres: la prevención, la criminalización y la represión con incautación de los activos que son fruto del lavado. El índice de condenas por estos delitos es muy bajo, lo que se puede atribuir a la inexistencia de organismos de investigación especiales para la persecución de este delito", agrega.
En los países más avanzados en la prevención del blanqueo de capitales hay organismos con poder de policía para investigar y reprimir a los autores de estas operaciones. En Argentina, por ejemplo, existe la UIF (Unidad de Información Financiera), que más allá de las dudas sobre su pericia y las denuncias de encubrimiento a empresarios cercanos al gobierno, no tiene los recursos ni la infraestructura para perseguir a los sospechosos.
"Si bien es un órgano que tiene la potestad de realizar denuncias, no tiene la naturaleza de una policía dedicada a la investigación, en el sentido técnico criminal", dice Tondini.
La debilidad de los entes de contralor es una pauta común en casi toda la región. Volviendo al caso argentino, a los problemas de la UIF se suman los de la Inspección General de Justicia (IGJ), destinada a supervisar el funcionamiento de las sociedades comerciales. Recientemente trascendió que cientos de empresas, incluida una que es propiedad de la presidente Cristina Kirchner, tenían serias irregularidades en sus balances, sin que se les aplicaran multas.
Otros estados nacionales han avanzado más en esta materia, lo que explica que estén mejor posicionados en los rankings internacionales. "Brasil, por ejemplo, tiene varios condenados por lavado de dinero. Esto vino de la mano de una ofensiva gubernamental que ha ido también sobre la corrupción", cuenta Tondini.
"Colombia tiene un sistema bastante avanzado de administración de riesgos contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo -dice Garcia. México tiene muy buena legislación y muy buenos controles. Y Perú también ha avanzado mucho, a través de normas contra la minería ilegal y contra el tráfico de metales preciosos".
"Las autoridades tienen que establecer regulaciones con cero tolerancia"
En términos generales, una buena política contra el blanqueo de activos ilegales tienen dos instancias. "La primera es que las autoridades de cada país establezcan regulaciones más efectivas, con cero tolerancia. La otra es que las empresas se llenen de expertos que las ayuden a realizar controles sobre sus clientes. Si nuestro proceso de identificación es deficiente, el resto de los sistemas tampoco va a funcionar", dice Garcia.
González Rodríguez enumera algunas iniciativas concretas. "Las que revisten mayor profundidad y consenso son las propuestas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que plantea cuarenta medidas esenciales para combatir dichas actividades".
"Se pueden dividir en seis grandes apartados:
, desarrollar políticas y medidas de coordinación;
; financiamiento del terrorismo y financiamiento de su proliferación;
y otros sectores;
y responsabilidades;
y la disponibilidad de la información; y
", concluye.