La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) abrió en Ecuador una nueva etapa en busca de su relanzamiento hacia la integración regional, un objetivo en el que coincidieron varios presidentes de ese bloque como vía para aumentar el bienestar en sus países.
Reunidos en la ciudad costera de Guayaquil, los mandatarios aprovecharon el traspaso de la presidencia de turno del organismo de Surinam a Uruguay para reafirmar su compromiso con la integración.
El anfitrión, el ecuatoriano Rafael Correa, advirtió, no obstante, de la necesidad de mejorar la institucionalidad del organismo, que calificó de "absolutamente disfuncional".
Correa planteó la necesidad de revisar los estatutos de la institución, en la que todo "debe decidirse por consenso" y en la que existe el veto, que consideró "la mejor forma de no avanzar".
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En cuanto a los objetivos, destacó que con la designación del ex presidente colombiano Ernesto Samper como secretario del bloque, se busca "crear la ciudadanía sudamericana", que Correa definió como la "verdadera confirmación" de la identidad sudamericana.
La convergencia de los procesos que desarrollan en la actualidad el Mercosur, la Comunidad Andina (CAN) y la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el impulso al Banco del Sur y al Fondo del Sur, la búsqueda de mecanismos de intercambio compensados y una posible moneda regional son algunos de los pasos que se deben dar, según él.
Junto a ello, el establecimiento de salarios mínimos comunes y la creación de un tribunal de arbitraje sudamericano son otras metas de un modelo que deberá seguir combatiendo la pobreza y la desigualdad, dijo.
La región cuenta con 500 millones de habitantes en un territorio de diecisiete millones de kilómetros cuadrados y podría erigirse en la cuarta economía del mundo si se unieran sus países, que suman el 6% del producto interior bruto del mundo, comentó el mandatario ecuatoriano.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consideró que la Unasur va rumbo a una nueva etapa de consolidación con acento en lo económico, en el desarrollo real, en la defensa de la región y en la igualdad social.
Opinó que la región debe impulsar la agenda económica del desarrollo compartido, la nueva arquitectura financiera, la activación inmediata del Banco del Sur y del banco de proyectos, así como el desarrollo de las cadenas productivas.
"En este mundo, donde va surgiendo la nueva geografía económica, afortunadamente nos va encontrando a Sudamérica, por primera vez en 200 años, caminando nuestro propio camino unidos en la diversidad", indicó.
El peruano Ollanta Humala agregó a estas ideas la necesidad de que el grupo se centre en temas concretos y sea "un organismo ágil" en la búsqueda de soluciones a las coyunturas que se presenten.
"Esta nueva gestión de la Unasur debe centrarse en temas concretos que le permitan ser un organismo ágil para la búsqueda de soluciones a coyunturas que se van a presentar", afirmó, tras resaltar que la región debe resolver los problemas internos "con mayor rapidez y agilidad que la OEA" (Organización de Estados Americanos).
"La integración implica la diversificación productiva y la búsqueda de nuevos mercados, implica que entendamos que dentro de nuestra diversidad estamos interconectados", explicó.
Con un mensaje optimista, la presidente chilena, Michelle Bachelet, consideró que el actual "es un momento muy propicio para seguir avanzando de forma colectiva en la búsqueda de encuentros comunes en los principales desafíos políticos, económicos, sociales y medioambientales" que tienen los países de la zona.
Bachelet enfatizó que las naciones de la región dependen unos de otros para lograr el desarrollo. "El destino de ninguno de nuestros países depende de sí mismo, depende del destino de todos, del poder construir una patria justa y solidaria", afirmó.
En su opinión, "no basta con esfuerzos individuales que haga cada uno de los países", sino que es esencial la integración "y lograr de manera conjunta afrontar estos retos complejos", para lo que Sudamérica necesita solidaridad y una verdadera convergencia.
A la cumbre, la primera en la que ejerce sus funciones de secretario general de la Unasur Ernesto Samper, asistieron, además de los citados, la argentina Cristina Kirchner y el presidente de Surinam, Disiré Bouterse.
Los presidentes comienzan a llegar a la sede de Unasur para su inauguración
Los presidentes han comenzado a llegar a la sede del grupo, situada en la ciudad Mitad del Mundo, en el norte de la capital ecuatoriana, para participar en el acto de inauguración del edificio.
El secretario general de la Unasur, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, fue el primero en llegar a la sede, situada a unos 14 kilómetros al norte de Quito, y recibió al vicepresidente del país, Jorge Glas.
Rafael Correa, el presidente de Ecuador, fue el primer mandatario suramericano en llegar a la sede, un moderno edificio construido cerca del emblemático monumento a la mitad del mundo.
En la puerta de la sede, Correa, escoltado por Samper y el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, recibió a sus colegas de Paraguay, Horacio Cartes; de Bolivia, Evo Morales, y de Surinam, Dési Bouterse, los primeros en llegar a la ciudad Mitad del Mundo.
La cita de este viernes en Quito, en la que también participa el ex presidente de Paraguay Fernando Lugo, es la segunda jornada de la cumbre del grupo, que comenzó el jueves en la ciudad costera de Guayaquil, donde el presidente de Uruguay, José Mujica, recibió la presidencia temporal del grupo de parte de Surinam.
Por asuntos de salud, se había anticipado que Mujica no participará hoy en la inauguración de la sede de la Unasur, en Quito, ciudad situada a 2.850 metros sobre el nivel del mar.
La Unasur está integrada por la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.