En una rueda de prensa celebrada en Bogotá, los soldados Jonathan Díaz y César Rivera relataron además que durante su secuestro en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela,, fueron testigos de la ejecución de un tercer compañero a manos de la guerrilla.
"Me estaban amarrando a mí, miro a mi parte izquierda y veo (al soldado que los acompañaba) en suelo. Todavía se movía, llega el bandido y lo acaba de rematar", recordó Díaz, quien indicó que el soldado fallecido recibió un tiro en la cabeza.
Asimismo, explicó que tras ser capturados iniciaron "unas marchas muy largas" que se prolongaban por la noche, con la meta de sacarlos de Venezuela, una opción que tuvieron que abortar por las operaciones del Ejército.
"Todos los días estábamos andando, viendo la presión del Ejército", apostilló el soldado, de origen humilde y visiblemente nervioso por la presencia de los medios de comunicación.
En este sentido, explicó que lo único que les decían los guerrilleros era que no intentaran escapar bajo la amenaza de matarlos y que insistían en que, en caso de sentirse presionados por el Ejército, los iban "a matar de todas formas".
Díaz, que dijo que los guerrilleros llevaban "armas largas", también se refirió a la grabación difundida por las FARC, en las que afirmaba que un cese al fuego bilateral "es la mejor forma hasta que haya la paz" y aseguraba que no se había sentido como un secuestrado.
El soldado afirmó el miércoles que dichas declaraciones fueron realizadas bajo coacciones, pues el día anterior a su liberación los guerrilleros le explicaron que su puesta en libertad dependía de lo que dijeran ante la periodista que le entrevistó en nombre de las FARC.
"(Los guerrilleros) estuvieron con nosotros y nos dijeron lo que teníamos que decir, que dependía de nuestras palabras la liberación", apuntó.
Asimismo, Díaz refirió que los miembros de las FARC que los custodiaban estuvieron siempre al lado de los militares durante la grabación portando armas.
"Siempre (había) un anillo para que no pudiera hacer nada y en ese momento al ver tantos enemigos ahí armados uno tiene que hacer lo que digan a uno", se justificó.
Por su parte, Rivera afirmó que tras la cámara "había como 20 guerrilleros" por lo que la grabación "era solo para que habláramos bien de ellos y les hiciéramos quedar bien delante de todo el país".
A Rivera también le hicieron saber que su liberación dependía de las palabras que dijese ante las cámaras, una alocución que ha levantado una gran polvareda en el país.
Preguntado sobre la posibilidad de continuar en el Ejército o abandonarlo tras la experiencia del secuestro ambos respondieron que continuarían en las filas militares.
"Siempre fue el sueño mío estar en la institución y siempre lo será", concluyó Díaz.