"Dedico mi tiempo libre a los números, a las ecuaciones diferenciales". Ésa fue una de las frases que Roberto Gómez Bolaños dio en una entrevista que recuerda la revista Semana, en la cual el genial Chespirito explicaba su obsesión y facilidad con las matemáticas. Ese don por los números no permitiría que el autor del mayor éxito de la televisión mexicana se quedara sin su parte de las ganancias. Gómez Bolaños sabía los números y los ingresos que generaba con el suceso de El Chavo del 8 y sus personajes.
Luego de su muerte, cientos de medios en el mundo hablaron de su fortuna, de sus millones, de sus seis hijos (Roberto, Graciela, Marcela, Paulina, Teresa y Cecilia), de "Doña Florinda" (Florinda Meza) y la herencia tan preciada para todos quienes estuvieron cerca del popular comediante.
Y es por su obsesión por los números y los detalles que al hombre de los mil rostros e interpretaciones no podían escapársele detalles como el que publicó la revista Forbes respecto de las ganancias que generaron sus productos y el resultado final que se dejó trascender respecto de la fortuna que tendrían para repartirse sus deudos.
La revista norteamericana publicó el 1º de febrero de 2012 bajo el título "Conozca a El Chavo, el huérfano más famoso (y rico) del mundo". En ese artículo señalaba que por las regalías conseguidas desde el fin de los episodios de media hora emitidos por el gigante Televisa en 1992 hasta la fecha de publicación del informe, la cadena de TV mexicana había recaudado en concepto de derechos 1.700 millones de dólares, un promedio de 1,3 millón de dólares cada treinta minutos de capítulo de Chespirito.
El cálculo hecho por Forbes deja de lado los otros 20 años que la serie estuvo al aire, no sólo en México, sino en todo América Latina y países de Europa y los Estados Unidos. Sin embargo, esa cifra multimillonaria está muy por encima de los 15 millones de dólares que se estima dejó Gómez Bolaños a sus familiares. ¿Es posible que a un "genio" de las matemáticas que enviaba resultados de enigmas sin resolver a sus amigos de ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México se le escapara tal diferencia?
No obstante la "tibia" recaudación expuesta por los medios respecto de la fortuna acumulada por Chespirito, lo cierto es que nadie se pelea por un producto que no genera ganancias. Y mucho menos prolonga esa disputa hasta la muerte y por treinta años. Ese fue el caso de Carlos Villagrán, más conocido como Quico, el alter ego de El Chavo del 8, tan popular como el pequeño del barril. La pelea entre ambos fue histórica: algunos la atribuyeron a cuestiones económicas y otros a un supuesto caso de amor y odio que involucraba a la mujer que luego se casaría con Gómez Bolaños: Florinda Meza.
Luego de perder la batalla legal, Villagrán consiguió continuar con sus giras, pero como el hijo de Doña Florinda y cambiando su nombre de Quico a Kiko. Igualmente, la pelea estaba perdida.
Pero esa no fue la única pelea que estalló en el seno del éxito mundial. María Antonieta de las Nieves mantuvo por diez años una disputa legal por los derechos de explotación de la imagen, el nombre y el personaje que la hiciera famosa: La Chilindrina. Luego de muchos años de pleitos ante la Justicia, Nieves ganó el juicio. "Ya gané el pleito contra Televisa y contra Chespirito. La Chilindrina es mía y no me la puede quitar nadie", había dicho en 2013 la actriz.
Aunque la cifra de 15 millones de dólares que se cree que habría para repartir entre los deudos de Gómez Bolaños no es despreciable para el común de los mortales, lo cierto es que las guerras legales que enfrentaron a los personajes con su autor parecieran tener un trasfondo económico mucho más tentador. Ese número representa menos del uno por ciento de lo recaudado por Televisa en la mitad del tiempo que la popular serie estuvo al aire. ¿Será ese el número final de la herencia?