Las razones del kirchnerismo para preocuparse por Bonadio

Convertido en enemigo público del oficialismo desde que ordenó el allanamiento de una empresa de la Presidente, su perfil y antecedentes adquieren relevancia. Sepa por qué quienes lo conocen aseguran que no será un rival sencillo

NA 162

Uno de los datos más relevantes del polémico juez federal Claudio Bonadio es que tiene experiencia política; no es un hombre de la corporación judicial. No se parece en nada a muchos de sus colegas que ingresaron al Poder Judicial como becarios, cosiendo expedientes, y construyeron laboriosamente una carrera en la corporación.

Comentan en su entorno que tiene "epidermis de elefante" y que actualmente el kirchnerismo no está en condiciones de correrlo con una denuncia en su contra. De joven fue seminarista lasallano. Se acercó al peronismo, abandonó su vocación sacerdotal y comenzó a militar en la mítica estructura llamada Guardia de Hierro, igual que Jorge Bergoglio, mucho antes de soñar con ser Papa. Se dice que el juez y Francisco se conocen desde esa época.

Previsor, Bonadio ha consensuado su estrategia judicial con sus colegas de la corporación

Bonadio hizo su mayor experiencia política junto a Carlos Corach, durante el menemismo, antes de ser designado juez federal. Fue funcionario de este ex ministro del Interior de Carlos Menem, aunque actualmente está distanciado de Corach.

Quienes lo conocen, dicen que, previsor, ha consensuado con sus colegas la estrategia judicial que hoy lleva adelante. Es decir que tiene apoyo de la corporación. Así como en su momento supo cultivar una buena relación con el kirchnerismo -no se llevaba mal con Néstor y era elogiado por Diana Conti-, ahora no le tiembla el pulso a la hora de avanzar en una causa tan comprometedora para la familia presidencial.

Frente a las embestidas del oficialismo, Bonadio está recibiendo apoyos desde la Corte Suprema. Juan Carlos Maqueda, otro hombre del PJ, opera a su favor en el Consejo de la Magistratura. Se comenta por lo tanto que el juez más odiado hoy por el oficialismo logró blindarse frente al contraataque de los kirchneristas en ese organismo. Además, en ambientes políticos bien informados, se cuenta que su vínculo con Sergio Massa es impecable. También tiene muy aceitada su relación con la Policía Metropolitana desde los tiempos del Fino Palacios. Por eso manda efectivos de esa fuerza a los allanamientos que le quitan el sueño a Cristina Kirchner.

Sus próximos pasos pueden terminar en una indagatoria a Lázaro Báez o, peor aún, al propio Máximo

Al decidir hacerse cargo de esta causa dándole un ritmo vertiginoso, Bonadio sabía muy bien donde se metía. Quiere pasarle facturas al gobierno y ya está jugado. El juez federal sabe perfectamente que, aun en el peor de los escenarios, va a salir ganando en su pelea con los K. Tiene poco por perder y disfruta de ello. Sueña con superar la popularidad del fiscal José María Campagnoli y con un futuro político en el próximo gobierno.

La pelea entre Bonadio y CFK recién empieza, y nadie sabe a ciencia cierta cómo termina. Pero es una irrupción que tiene realmente desconcertados a los K. Algunos dicen que sus próximos pasos pueden terminar en una indagatoria a Lázaro Báez o, peor aún, al propio Máximo. ¿Se animará a tanto? Todo parece indicar que la estrategia de Bonadio se va a complementar con los pasos que tome el 12 del mes entrante el juez de Nevada, Estados Unidos, contra Lázaro Báez y la ruta del dinero K.

i(*) El autor es periodista y consultor de empresas/i

@betovaldez