Con masivas movilizaciones en varias ciudades de Ecuador, los sindicatos y otras organizaciones sociales del país protagonizaron este miércoles una jornada de protestas contra unas reformas laborales impulsadas por el Gobierno, a las que consideran lesivas para los trabajadores.
En Quito, los manifestantes marcharon por el centro de la ciudad y se congregaron en la plaza de San Francisco, en el casco colonial, donde defendieron el derecho de los trabajadores a organizarse y a la huelga, beneficios que, según dijeron, se verían disminuidos con las reformas del Ejecutivo.
La jornada de protestas se da pocos días después de que el Gobierno, el pasado sábado, en una numerosa concentración de simpatizantes oficialistas en la ciudad portuaria de Guayaquil, anunciara las reformas laborales que se entregaron ese mismo día a la Asamblea Nacional (Parlamento).
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El propio presidente del país, Rafael Correa, anunció las reformas que incluyen la "profundización del derecho a la estabilidad", la "búsqueda de equidad", la "modernización del sistema salarial", la "democratización de la representatividad" sindical y la "universalización de la Seguridad Social".
Uno de los altos dirigentes del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), Mesías Tatamuez, dijo que la movilización sindical busca defender el derecho a la organización, sobre todo en el sector público, pues dijo que las reformas del Ejecutivo eliminan la sindicalización de los empleados estatales.
"Queremos un Código (del Trabajo) en el que garantice al pueblo ecuatoriano la estabilidad" laboral, "la libertad sindical" y la plena "contratación colectiva", afirmó Tatamuez.
De su lado, César Sarango, presidente en turno del FUT, replicó a ciertas autoridades que han dudado del poder de convocatoria de las centrales obreras opuestas al Gobierno y remarcó que no son "sólo cuatro" los que han participado en la marcha.
La movilización de demuestra, según Sarango, una "fuerza real" que motiva a los sindicatos a "seguir construyendo la unidad" con otros grupos sociales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que también participó en la manifestación.
Los dirigentes sindicales no descartaron la posibilidad de convocar a nuevas jornadas de protesta si el oficialismo no escucha sus planteamientos.
A pocas cuadras de la concentración sindical, en la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Gobierno, un centenar de simpatizantes del oficialismo respaldaron, por su parte, la propuesta laboral del presidente Correa.
En esa concentración, varios legisladores oficialistas aseguraron que las reformas laborales que se discuten en el Parlamento recibirán los aportes que hagan los sindicatos.
Las manifestaciones obreras también fueron masivas en Guayaquil, Latacunga, Loja, Cuenca, Portoviejo, Riobamba, Esmeraldas y Ambato, donde las marchas fueron resguardadas por numerosos grupos de policías.
Al final de la jornada, el ministro del Interior, José Serrano, dijo en su cuenta de Twitter que no se han presentado incidentes durante las manifestaciones sindicales.
"Una evaluación final de esta jornada en orden público sin novedades, gran trabajo de la Policía Nacional más allá de las provocaciones", escribió Serrano en su cuenta de la red social.