Archivos oficiales confirman la complicidad de Fidel Castro con la dictadura de Videla

Documentos desclasificados por la propia Cancillería argentina ilustran el intercambio de favores diplomáticos entre ambos regímenes en organismos internacionales y en plena etapa de la represión ilegal

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En el año 1977, Cuba pidió al gobierno de facto de la Argentina, presidido por Jorge Rafael Videla, apoyo en la ONU para poder ingresar al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La dictadura militar autorizó la operación y solicitó en contrapartida el voto de La Habana para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC). Todo este intercambio quedó registrado en cables secretos.

Recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina anunció el lanzamiento de una herramienta virtual de búsqueda que permitiría el acceso a más de 5.800 archivos correspondientes al período de la dictadura militar, 1976-1983. El canciller Héctor Timerman expresaba en ese entonces su esperanza de que esto le sirviera "a la gente para tener una idea de cómo actuaba la Cancillería en ese momento".

De esos archivos surgen los documentos que prueban la alianza diplomática entre ambas dictaduras pese a estar, en teoría por lo menos, en polos ideológicos opuestos.

Cómo fue el trueque diplomático

En abril de 1977, Buenos Aires autoriza a su Embajada en La Habana a "solicitar un intercambio de votos" para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas.

Fidel Castro había pedido a la dictadura argentina apoyo para la elección de Cuba al Consejo Ejecutivo de la OMS. "En consideración al pedido de apoyo solicitado por Cuba para su elección en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, autorízase a V.E. a solicitar en cancillería local un intercambio de votos en favor de la postulación de nuestro país a la reelección en el ECOSOC y se servirá informar resultados por esta misma vía", reza el documento oficial.

El cable está calificado de "muy urgente" y "secreto", y lleva la firma de Fernando L.M. Ricciardi, del Departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.

Meses después, el 12 de septiembre del mismo año, el embajador argentino en La Habana, Francisco Molina Salas, envía otro cable secreto, anunciando: "Oficializose apoyo cubano ECOSOC".

Dos días más tarde, el 14 de septiembre, el Departamento de Organismos Internacionales de la cancillería comunica a su misión en Naciones Unidas que, gracias a la confirmación del apoyo cubano, la candidatura argentina ya tiene 18 votos: "Recibióse confirmación apoyo Cuba reelección en ECOSOC totalizando candidatura argentina 18 votos..."

El eslogan "Memoria, Verdad y Justicia" puede traer enojosas sorpresas, aunque la alianza diplomática entre Castro y Videla no era más que un secreto a voces: bastaba recorrer los archivos de la época para confirmar que ni una sola vez Fidel Castro, en sus eternos discursos, calificó de "dictadura" al gobierno de facto del período 1976-1983; cosa que sí hacía, en el mismo período, respecto de los regímenes militares que imperaban en Chile, Uruguay, Brasil, etcétera.

Entre 1976 y 1983, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU debatía cada año la posibilidad de enviar una comisión de investigación a los países respecto de los cuales recibía denuncias de violaciones de derechos humanos: Argentina y Cuba estaban en la lista. Ese fue por lo tanto, otro escenario de cooperación espuria entre ambos regímenes: sus respectivos embajadores ante el organismo internacional votaban en contra de cualquier resolución crítica que pudiera surgir del organismo a su accionar represivo.


Amnesia oficial

Cabe reiterar que este trueque de votos no era un secreto –Infobae lo informó en notas anteriores-, sino más bien un lapsus de memoria voluntario de ciertos sectores de la clase política argentina y en particular del actual gobierno, que ha hecho de la amistad con Cuba y de la defensa de la dictadura castrista uno de los ejes de su política exterior.

Lo mismo sucede con los organismos de derechos humanos, y en particular con los que agrupan a familiares, como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que han elegido pasar por alto esta complicidad con la dictadura que secuestró y asesinó a sus hijos para abrazarse con Fidel Castro.

La presidente Cristina Fernández de Kirchner solicitó ser recibida por el anciano dictador, ya retirado de la vida pública, en ocasión de su primer viaje a Cuba en 2009. "Lo considero una distinción a todo el pueblo argentino. Él (Fidel Castro) ama profundamente a la Argentina y a los argentinos", aseguró en aquella ocasión la mandataria.

Que la Cuba comunista mantuvo un sorprendente acercamiento a la dictadura argentina es un hecho esquizofrénicamente ocultado por las agrupaciones de izquierda y los organismos de derechos humanos que en Argentina año a año compiten en la condena al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

El castrismo no sólo calló ante los crímenes del régimen de facto; también le aportó respaldo diplomático ante el mundo y colaboró para evitar que fuese aislado y condenado en los foros internacionales por su masiva violación de los derechos humanos.

Al momento del cierre de esta nota, la página "Derecho a la Verdad. Acceso a los archivos de Cancillería" está caída. Pero los documentos que ilustran esta nota fueron publicados por el sitio Diario de Cuba. Cabe esperar que el servicio de la Cancillería se restablezca pronto. En honor a la verdad.

(N.del E.: la página de archivos de la Cancillería ya está desbloqueada)

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