tiene un serio problema. Una rara enfermedad, que se llama
, le provoca múltiples orgasmos durante todo el día. Todo lo que se encuentre a su alrededor es motivo de excitación y ya no sabe qué hacer.
"Desde afuera puede sonar maravilloso, pero en verdad es frustrante y vergonzoso", contó Anaya. De 30 años, Cara soporta una vida que describe como insoportable. La enfermedad fue de un momento a otro y ocurrió por primera vez hace tres años. Fue mientras hacía una rutinaria compra en el supermercado cercano a su casa de Arizona, en los Estados Unidos.
Anaya sentía que todos los olores, el ambiente, las personas que la rodeaban eran excitantes para ella, hasta que tuvo su primer orgasmo, lo que la ruborizó y extrañó sobremanera. "Estaba asustada y confundida. Fue uno de los orgasmos más intensos de mi vida", recuerda, y describe que se encontraba tirada entre las góndolas ante la mirada de los demás clientes. "Fue la primera vez que tuve varios orgasmos durante varias horas". En esa oportunidad, llegó a contar 160.
La vida social y laboral de Anaya se complicó demasiado. Tanto que no puede participar de las actividades de su hijo para no estar cerca de otros niños y parecer una degenerada. "Se ha devastado mi participación en la vida de mi hijo, porque me siento demasiado sucia para ser una parte de la suya", explicó al diario británico DailyMail.
"Queremos que sea un niño normal, pero al mismo tiempo no puede tener amigos porque mamá tiene esta dolencia", explica. "Cuando estás cerca de niños te sientes como un pervertido porque los quieres y no puedes reprimir lo que te sucede. Además no puedo participar de viajes escolares, porque ni los niños ni los padres entienden lo que me sucede", agrega la mujer.
Anaya prosigue con su triste relato: "Algunos días sólo quiero olvidarme de todo y quedarme en casa con las persianas bajas. Otros, en los que sólo he sufrido diez orgasmos, siento que puedo volver a trabajar y recuperar mi vida". Pero esa ilusión dura menos de 24 horas.