"En el Real Madrid juego un poco más atrás, en Colombia tengo la posibilidad de jugar más adelante. Me siento más cómodo en la posición de la selección porque es donde puedo hacer goles y pases", dijo James Rodríguez en Londres, donde está con su selección.
En cualquier otro contexto esas palabras tendrían un tono crítico. Podría ser el típico mensaje de un futbolista incomodo con las funciones que cumple en su club. Pero no es el caso de James. Sólo hizo una explicación de su gran momento, donde le rinde a Carlo Ancelotti y José Pekerman sin distinción ni límites.
Actualmente, el centrocampista cumple satisfactoriamente sus funciones en la demarcación que le adjudica su entrenador italiano en el Real Madrid, que es completamente diferente a la que le asigna el estratega argentino en la selección de Colombia.
Llegó al campeón europeo luego de una excelente Copa del Mundo en la que capturó la Bota de Oro como máximo goleador del torneo. Jugaba justo detrás de Teófilo Gutiérrez, con Cuadrado e Ibarbo por los extremos. Siempre al borde del gol.
Había mucha expectativa por su fichaje. Pero, además de que llegó de haber jugador en ligas de menor tenor como Portugal o Francia, hubo un cambio posicional dentro del campo que demoró su acople al ritmo competitivo de la Liga española.
Lo obligaron a reciclarse, a modificar su manera de moverse sobre el césped
También hay que sumar que su presencia mundialista hasta los cuartos de final, retrasó su llegada a los primeros días de agosto. Las primeras semanas se entrenó solo hasta que pudo sumarse al grupo. Atendió a los pedidos de Ancelotti, que nunca lo quiso muy cerca de la portería enemiga.
La merma física y una nueva manera de jugar, lo obligaron a reciclarse, a modificar su manera de moverse sobre el césped de forma positiva, tal y como demuestra su aporte al equipo. Paulatinamente, comenzó a interpretar su rol y a ser más funcional para sus compañeros. Pasó de la terminación de la jugada a la gestación.
Pero James desborda talento, y su nuevo papel no le impidió anotar algunos goles. Ya suma seis y tiene la misma cantidad de asistencias. Sus dos conquistas más importantes fueron la que logró en la Supercopa de España y la de Liga de Campeones.
Los otros cuatro fueron en Liga. Todos de visitante. Su estreno fue en Riazor, con un disparo cruzado que terminó en golazo. Luego dejó su sello en el Ciudad de Valencia ante Levante. Y, por último, en Granada hizo su primer doblete de blanco. El primero, una obra de arte, y el segundo, haciendo gala de su gran olfato goleador.
De ser cuestionado en su proceso de adaptación, pasó a ser imprescindible. El colombiano no se perdió ninguno de los 19 partidos oficiales que el equipo jugó hasta el momento. Es el único jugador de la plantilla del Real Madrid que puede presumir ese registro. Ni Cristiano, ni Bale, ni Kroos, ni Benzema. Sólo James.
Y su presente dorado en el fútbol europeo se traduce a nivel internacional. Su rendimiento estelar en el último Mundial se afianzó con el inicio soñado que logró en su nuevo equipo.
James participó del último amistoso de su selección, que se jugó en Londres ante Estados Unidos. En ese juego se convirtió en el jugador más joven de la historia en portar el brazalete de capitán de la selección de Colombia.
En el estadio de Craven Cottage, al suroeste de la capital británica, James superó el registro del legendario Faustino 'Tino' Asprilla como el jugador más joven en llevar la cinta, con 23 años, cuatro meses y dos días.
El 'Tino', autor de 20 goles con la Selección Colombia, tenía 23 años y siete meses cuando se convirtió en el internacional de menor edad en capitanear al equipo, en un encuentro amistoso de 1993 en el que el que Colombia superó por 1-0 a Chile en el estadio Nemesio Camacho El Campín, de Bogotá.
La joven estrella de Colombia, que demostró ser un nuevo estandarte al vestirse de capitán, brilla cada día más en el Real Madrid. No le importó tener que retrasarse unos metros para ser una pieza clave del conjunto merengue. No hay murallas ni posiciones que le impidan demostrar su talento.