La Fiscalía mexicana envió al prestigioso laboratorio de la universidad austríaca de Innsbruck los restos humanos incinerados que fueron hallados tras el testimonio de sicarios de Guerreros Unidos y que, según se teme, pertenecerían a los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre en Iguala.
"Se enviaron el miércoles al laboratorio", confirmó hoy a la agencia de noticias AFP un funcionario de prensa de la fiscalía, que avanzó que los detalles del envío serán ofrecidos en las próximas horas. La fuente no pudo precisar a cuántas personas corresponden los restos enviados ni qué huesos son.
El fiscal general, Jesús Murillo Karam, ha dado pocas esperanzas de que los restos puedan ser identificados al precisar que fueron hallados prácticamente en estado de desintegración. En principio, solo dos huesos localizados tienen posibilidades de que se les pueda extraer el ADN.
Los restos fueron localizados en un basurero de la localidad de Cocula, vecina de Iguala, y en el margen de un río cercano a raíz de la declaración de varios sicarios del cártel Guerreros Unidos, que la noche del 26 de septiembre habrían recibido a los estudiantes de manos de policías corruptos de Iguala para matarlos por orden del ex alcalde José Luis Abarca.
Los detenidos confesaron que asesinaron a los jóvenes en el basurero y después quemaron sus cuerpos durante 14 horas antes de colocarlos en bolsas de basura y arrojarlas al río, según informó la semana pasada la Fiscalía.
Por el estado de los restos, los resultados de los trabajos de identificación podrían tardar todavía "varias semanas", dijo ayer el subsecretario de Relaciones Exteriores mexicano, Juan Manuel Gómez Robledo.
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El laboratorio de la Universidad de Innsbruck es reconocido por trabajos de identificación en casos impactantes, entre ellos, de víctimas del régimen del ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973-1990) y de fallecidos en Sri Lanka por el devastador tsunami de 2004.
Los familiares de los desaparecidos, que este jueves emprenden una serie de caravanas de protesta por el país, han dicho que no creerán la versión de los sicarios sobre el asesinato de sus hijos hasta que no haya pruebas certificadas por forenses independientes, y exigen al Gobierno que los siga buscando vivos.
Esta semana, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que colabora del lado de los familiares de las víctimas con el caso indicó que otros cuerpos encontrados no pertenecen a los jóvenes normalistas.
El crimen de Iguala ha generado una gran conmoción en todo México y fuertes protestas contra la clase política mexicana, colocando al presidente Enrique Peña Nieto en la peor crisis desde que inició su mandato en 2012.