Este mapa muestra los conflictos armados que permanecen abiertos. Y no son pocos. El idealismo que consideraba que con las Naciones Unidas se acabarían las guerras quedó a un lado hace muchos años.
La imagen divide en tres a los países que actualmente están en conflicto (aunque, como se verá, en realidad aparece una cuarta categoría). En primer lugar, identifica a aquellos implicados en batallas que producen, en promedio, 10.000 o más muertes por año (color marrón en el mapa). Ellos son México, Siria, Irak y Sudán del Sur.
Luego están aquellos países que involucrados en guerras que generan entre 1.000 y 9.999 decesos anuales (color rojo en el mapa). Figuran en esta lista Israel, Palestina, Afganistán, Somalia, Nigeria, Pakistán, Egipto, Libia, República Centroafricana y Ucrania.
En tercer lugar están clasificadas las guerras que dejan un saldo de entre 100 y 999 muertes por año (color naranja en el mapa). Rusia, India, Pakistán, Birmania, India, Colombia, India, Filipinas, China, Sudán, Yemen, Tailandia, República Democrática del Congo, Líbano y Malí son los países involucrados en estos conflictos.
Finalmente, una última categoría es introducida para dar cuenta de los conflictos que generan menos de 100 muertes anuales. Ellos son Corea del Sur y del Norte, Indonesia, Perú, Turquía, Uganda, Armenia, Azerbaiyán, Argelia, Mali, Mauritania, Níger y Mozambique.
El detalle de algunos de los conflictos más importantes:
México
El pueblo de Michoacán ha sido testigo del surgimiento, en abril del 2011, de las primeras autodefensas: grupos de ciudadanos que se armaron para defenderse de los violentos cárteles de la droga.
Las milicias ciudadanas que hoy controlan el estado de Michoacán están conformadas por agricultores y comerciantes que se hartaron de los abusos, las amenazas, los secuestros y hasta las violaciones de las mujeres por parte del cártel Los Caballeros Templarios, y cuentan con el apoyo de los pobladores de la zona.
Con una fuerza de aproximadamente 1.500 hombres armados, la relación de las autodefensas y las fuerzas del Estado ha sido al menos complicada. Surgidos ante la ausencia estatal, estos grupos no se han negado a aceptar la ayuda militar cuando ésta fue ofrecida. No obstante, y a pesar de que el gobierno ha logrado intervenir para desarmar a varios de sus miembros y trabajar en coordinación con otros, todavía persisten quienes se resisten a entregar las armas y a subordinarse al gobierno mexicano.
De acuerdo con medios locales, los empresarios de la zona calculan pérdidas de, como mínimo, 700.000 dólares. La región sufre desabastecimiento, al tiempo que los camiones que distribuyen alimentos y gasolina no pueden llegar.
El presunto crimen de los 43 estudiantes agravó el conflicto a proporciones inusitadas.
Una nueva ola de violencia se ha desatado en el país árabe a partir del desalojo de un campamento de sunitas que protestaba contra el gobierno (de raíz chiíta), el pasado 30 de diciembre.
La crisis se remonta al gobierno de Saddam Hussein, de origen sunita, que durante sus 26 años en el poder aplicó mano de hierro sobre chiítas y kurdos. Tras la intervención de los Estados Unidos, el chiísmo recobró protagonismo, lo que ha sido aprovechado por Al Qaeda para fomentar el odio entre los que perdieron el poder.
Siria
La guerra civil en Siria comenzó con una ola de manifestaciones, que en el marco de la llamada Primavera Árabe, reclamaban mayores libertades al gobierno dictatorial de Bashar al Assad. La respuesta fue el recrudecimiento de la represión estatal y los abusos a la población civil.
El conflicto se ha extendido y profundizado a lo largo de los casi tres años que cumplirá en marzo, sin posibles ganadores a la vista. A favor de la continuidad de Al Assad, se cuenta su enorme fortuna y un círculo familiar que es propietario de las principales empresas sirias.
En agosto del 2013, un ataque con gas sarín al este de Damasco dejó un saldo de más de 1.400 muertos, y alertó a la comunidad internacional. La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) emprendió una campaña para eliminar el arsenal químico en poder del régimen que según las estimaciones de la ONU ronda las 1.200 toneladas.
Sin embargo, el incumplimiento de los plazos por parte del régimen sirio, sumado a la continuidad de los ataques a blancos civiles en el territorio, hacen que prime el pesimismo entre los observadores del proceso.
Las conversaciones que reunieron en Ginebra al gobierno y a la oposición sirias tampoco arrojaron los resultados esperados, concluyendo con nulos avances en la resolución del conflicto.
Sudán del Sur
Cuando no terminaba de festejar su independencia de la vecina República del Sudán, Sudán del Sur, surgido en 2011, ha vuelto a caer en una crisis que rompió con su frágil equilibrio interno.
Después de más de veinte años de guerras civiles y luchas étnicas que costaron un millón y medio de vidas, este nuevo brote de violencia ya dejó 500 muertos, miles de desplazados, y ha colapsado los centros humanitarios de las Naciones Unidas por la demanda de miles de personas en busca de refugio.
La violencia se ha desatado a partir del que el presidente, Salva Kir, denunciara un intento de golpe de Estado por parte de su ex vicepresidente, Riek Machar, y emprendiera una persecución contra sus seguidores.
Aunque Machar ha negado querer hacerse con el poder, una lucha entre facciones étnicas se ha desatado a partir de los enfrentamientos. Por un lado, la tribu Dinka a la que pertenece el primer mandatario, y por otro, el clan Nuer, del que es miembro el destituido vice.
Sudán del Sur es una nación rica en petróleo aunque sumida en el subdesarrollo, y compuesta por una población de más de 60 etnias que en un 70% son menores de 30 años mayormente analfabetos.