Estados Unidos no tiene nada que ver con las protestas prodemocracia en Hong Kong, aseveró este miércoles en Pekín el presidente norteamericano, Barack Obama, después de que China denunciara una supuesta implicación de fuerzas extranjeras.
"He sido inequívoco al decir que Estados Unidos no ha tenido ninguna implicación a la hora de promover las protestas ocurridas en Hong Kong", dijo Obama en una rueda de prensa ofrecida junto con su homólogo chino Xi Jinping.
"Todo esto son asuntos que deberán decidir el pueblo de Hong Kong y de China", añadió.
"No obstante sí he dejado claro que Estados Unidos promoverá el derecho de la gente a expresarse, y que las elecciones en Hong Kong reflejen la voluntad de la gente", matizó.
Desde hace más de seis semanas, los manifestantes prodemocracia ocupan varios puntos de la ex colonia británica, para reclamar a Pekín un sufragio universal pleno en 2017, cuando ha de elegirse al jefe del gobierno hongkonés.
Pekín insiste en que los candidatos a ese cargo deberán ser aprobados por un comité sometido a su autoridad, lo que para los manifestantes es inaceptable.
Xi dijo por su lado que la organización Occupy Central, una de las principales de este movimiento, es ilegal, y añadió que Pekín "apoya firmemente" a las autoridades de Hong Kong en sus esfuerzos por controlar la situación.
"La ley y el orden han de mantenerse en toda circunstancia, no sólo en Hong Kong sino en el mundo entero", apostilló el presidente chino.
"Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos exclusivos de China", por lo que ningún otro país debe interferir, añadió.
Lucha contra el cambio climático
Los mandatarios también anunciaron un "histórico" acuerdo para luchar contra el cambio climático que incluirá recortes en sus emisiones de gases de efecto invernadero que esperan sirva de ejemplo a nivel internacional.
La iniciativa constituye el primer anuncio de recorte de emisiones contaminantes por parte de China y uno más pronunciado por parte de Estados Unidos.
China se comprometió a que sus niveles de emisiones alcanzarán su nivel máximo en 2030 para comenzar a reducirse, y Xi anunció que en ese año un 20 por ciento de la energía producida en su país procederá de fuentes limpias y renovables.
Por su parte, Estados Unidos reducirá sus emisiones para 2025 entre un 26 y un 28 por ciento con respecto a los niveles de 2005, lo que supone el doble del recorte previsto entre 2005 y 2020.
Xi y Obama hicieron el anuncio durante una comparecencia ante la prensa en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, tras dos días de reuniones en la capital china en la que han repasado todos los niveles de su relación, con el acuerdo sobre cambio climático como principal resultado tangible.
Se trata de un "acuerdo histórico", según destacó Obama, quien dijo que el objetivo estadounidense es "ambicioso pero alcanzable", además de que supone "un hito importante" en las relaciones entre Washington y Pekín.
El presidente chino destacó en su declaración que ambos países han emprendido "un nuevo modelo" para las relaciones entre potencias y celebró el nivel de entendimiento entre ambos gobiernos.
Este acuerdo sobre cambio climático, que se ha estado negociando durante meses entre ambas capitales, busca promover un pacto a nivel global ante la conferencia sobre el cambio climático que tendrá lugar en París en 2015.
"Tenemos una especial responsabilidad para liderar un esfuerzo global contra el cambio climático", subrayó Obama, quien recordó que EE.UU. y China son "las dos mayores economías, los mayores consumidores de energía y los mayores emisores de gases invernadero del mundo".
Para cumplir con su objetivo de producir un 20 por ciento de su energía a partir de fuentes limpias, China tendrá que aumentar entre 800 y 1.000 gigawatios su generación de energías sin emisiones, una cantidad superior a la capacidad que tienen hoy sus plantas de carbón y casi la misma capacidad de generación de energía de EE.UU.