Quién está detrás del voto electrónico de Brasil

Smartmatic es la compañía que se encarga de la transmisión satelital de los datos electorales. Cómo funciona este sistema y qué garantías ofrece a los resultados. Polémica por denuncias de fraude

El voto de Lula, el ex presidente de Brasil AFP 163
Aécio Neves votó con su mujer: \Ya me siento victorioso\"" Reuters 163
Dejando fuera los votos blancos y nulos, Rousseff contaba con un 52% de intención de voto contra el 48% para Neves AP 163

En cada elección que se celebra en América Latina siempre hay un punto de contacto, y es la desconfianza que existe sobre el sistema que se adopta para contabilizar los votos. Independientemente del proceso que se lleve a cabo. La última experiencia que tuvo la región fue la de Brasil, a través de su voto electrónico. Un caso en el que por un lado se destacó la inmediatez con la que se entregaron los primeros resultados, sobre un electorado de más de 100 millones de personas, pero por el otro también hubo algunas denuncias de fraude ante el ajustado triunfo de la presidente Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), sobre el conservador Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB).

Smartmatic fue la empresa contratada por el Tribunal Supremo Electoral de Brasil (TSE) para realizar la transmisión satelital de los datos. Gracias al innovador proceso que ofrece esta compañía, en pocas horas se conocieron los resultados. Sin embargo, Smartmatic no se salvó de las acusaciones de fraude, que también sufrió en pasadas elecciones en Venezuela, país que también adoptó el voto electrónico.

Lejos de cualquier polémica, desde la empresa celebran el hecho de que los partidos opositores soliciten auditorías para revisar los resultados. Tal como hizo el PSDB, que pidió al TSE revisar las órdenes de servicio y registros técnicos sobre actualización y mantenimiento de equipos y programas utilizados en las elecciones pasadas.

"En Smartmatic consideramos que las auditorías tienen un papel fundamental para generar confianza en el proceso electoral y sus resultados. Bajo este principio fundamental, hemos desarrollado soluciones que facilitan a todas las partes auditar nuestra tecnología antes, durante y después de la elección", explica Samira Saba García, directora de comunicación de Smartmatic, en diálogo con Infobae desde las oficinas de Caracas.

"Por eso aplaudimos las decisiones de las comisiones electorales que permiten a los partidos políticos y a los organismos de observación electoral auditar los resultados de una elección", añade.

Desde el Tribunal Supremo también resaltan el acceso a estos "mecanismos de auditoría y rastreo", que hacen "inviable" cualquier posibilidad de fraude, según explica a este medio Fernanda Quintanilha Leite Pinheiro, empleada del organismo estatal.

Ante esta contracara entre el éxito que garantiza este sistema de votación y las acusaciones de fraude, resulta importante entender de qué manera funciona y cómo se desarrolla el proceso de transmisión de datos que ofrece Smartmatic.

"Los dispositivos utilizados para garantizar la transmisión desde los lugares con poca o ninguna infraestructura, son antenas satelitales portátiles que forman parte de una red que cuenta con tres satélites geoestacionarios y que suministran una cobertura casi absoluta a nivel mundial", apunta Saba García.

En esa línea, desde la compañía destacan el hecho de que este sistema permita "operar desde las locaciones más remotas" y, a su vez, que a pesar de los tres husos horarios que hay en el país no se pierde la inmediatez de los resultados.

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"Durante las semanas previas a la elección, estos dispositivos se alistan y se verifica su conexión con el sistema de satélites geoestacionarios", agrega.

En términos de duración, esta estará condicionada a la cantidad de datos que se requiera transmitir. En el caso de Brasil, en los últimos comicios el proceso comenzó a partir de las 5.15 pm, y se extendió hasta las 10 pm. Siempre teniendo en cuenta la existencia de los tres husos horarios. Esto ante un electorado de cerca de 115 millones de votantes.

Casos cercanos pero muy diferentes fueron los de Bolivia y Uruguay. En el primer caso se demoró cerca de una semana para tener los resultados finales. Pero era tan abultada la diferencia del presidente Evo Morales sobre su principal contendiente que no había expectativas de un resultado adverso del oficialismo. En Uruguay, en tanto, con un electorado de poco más de un millón de votantes, recién al día siguiente se conocieron los últimos cómputos.

Aunque Smartmatic ha formado parte de procesos electorales en distintos países -Argentina, Filipinas, Ecuador, Venezuela y Brasil-, la decisión sobre la forma en que se trasmite la información electoral corre por cuenta de la autoridad electoral de cada país. Para ello, se tienen en cuenta tres factores: cobertura de las redes de telecomunicaciones, el estado de la infraestructura vial, y el sistema por el cual se procesa cada voto.

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Saba García asegura que Brasil y Venezuela son "dos referencias mundiales en automatización" de los votos. Pero aclara: "Si bien los procesos por los que atraviesan los votos tienen ciertas similitudes, las comisiones electorales han adoptado diferentes soluciones para procesar aquellos votos emitidos en centros electorales donde la cobertura de telecomunicaciones es deficiente".

"Brasil optó por utilizar la transmisión satelital por medio de terminales BGANS. En cambio Venezuela, dado que tiene unas dimensiones territoriales más manejables, utiliza miles de antenas VSAT que son compatibles con su satélite Simón Bolívar".

¿Cuál es la diferencia entre estas dos terminales? "Las terminales BGANS son muy fáciles de transportar, configurar y utilizar permitiendo transmitir resultados electorales apenas en minutos tras cerrarse los centros de votación. Ese beneficio tiene una inmensa repercusión que trasciende lo político", resumió la directora de comunicación de Smartmatic. Países como Argentina, Filipinas y Ecuador también recurrieron a estas terminales.

Pero más allá de la forma de votación de cada país –en Argentina por ejemplo el voto es manual-, "utilizar una tecnología que agilice la totalización exacta de los resultados sin comprometer la seguridad del voto, ciertamente es un avance".

El avance tecnológico indudablemente brinda múltiples ventajas en todos los órdenes. Pero también permite un mayor desarrollo para aquellos que se dedican a ihackear /ihasta los sistemas de informatización más sofisticados.

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Teniendo en cuenta que hasta las más importantes financieras del mundo han sido víctimas de hackeos, por qué no pensar que puede ocurrir lo mismo. Saba García explica que Inmarsat, la compañía que provee el servicio satelital en el que se apoyan las terminales, "utiliza rigurosos mecanismos de autenticación de las terminales". "Su sistema cumple con los más exigentes requisitos gubernamentales para la seguridad y es compatible con todos los principales productos de VPN y los estándares de cifrado", adhiere.

Por todos estos mecanismos de seguridad, desde Smartmatic sostienen que "la posibilidad de bloqueo o intervención externa en el caso de las redes satelitales es mucho menor que en redes celulares, dada la dificultad de interceptar la señal transmitida entre la terminal y el satélite".

Quintanilha Leite Pinheiro enseña que, apenas se cierra una urna, se emite un Boletín de Urna –datos cifrados con algoritmos de alta complejidad, firmados digitalmente a través de un certificado digital privado. Esos datos se envían al centro de datos de las 27 cortes regionales, para luego ser anunciados por el TSE, una vez que se hayan procesado todos los datos en forma conjunta.

Por su tecnología de avanzada y sofisticación, este sistema representa un alto costo para el Tribunal. Según datos aportados por el organismo, cada elector cuesta unos 4.8 reales. Eso, multiplicado por los casi 115 millones de votantes da un total de 552 millones de reales (215 millones de dólares).

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Fuente Infografía: Tribunal Supremo Electoral Brasil