A veinte años del nacimiento de su productora, Pol-Ka, Adrián Suar hizo un balance sobre su vida y su trabajo: la importante ayuda de Araceli durante los primeros tiempos; la compañía de Griselda Siciliani; el quiebre que dio con Gasoleros; las figuritas pendientes en el canal y el sueño de trabajar con su hijo mayor, Tomás.
Todo comenzó cuando hace veinte años, el actor llevó el piloto de Poliladron a las oficinas del por entonces programador de El Trece, Hugo Di Guglielmo. Sin embargo, para poder continuar con el sueño, fue crucial la ayuda de su ex esposa, Araceli González: "Me prestó setenta mil dólares, yo ya tenía otro tanto. Siempre estuvo muy segura. Vivíamos juntos y se bancaba mi neurosis. Los primeros tiempos fueron muy duros. Al cuarto capítulo me quedé sin un centavo".
"Saldé la deuda, tres años más tarde, con intereses. La invité a cenar y en medio de la noche saqué un cheque: 'Ara, te agradezco tanto', le dije. Siempre recuerdo ese momento, más allá de la gratitud con ella, como un gran acto conmigo mismo. Me liberó, me hizo muy bien", contó Adrián a revista Gente.
No fue la única vez que las cosas se complicaron: "En veinte años, dos o tres veces me las vi negras. Pero Pol-Ka nunca estuvo endeudada. Ante serios problemas financieros, nunca dudé en poner plata de mi bolsillo, este país es difícil para la industria. Me tocó perder muchas veces y el canal estuvo ahí para ayudarme".
Hubo muchos éxitos en la historia de Pol-Ka, pero al ser consultado por su "criatura preferida", Adrián responde inmediatamente "Gasoleros": "Fue el primer ciclo con el que siento que me animé a más", además, la ficción realizada en 1998 rompió con los esquemas de la telenovela tradicional.
Hoy, Suar define a la tele como "interesante, si tenemos en cuenta que está pobre" y reconoce el surgimiento este último año de programas como Línea de tiempo, Master chef y Guapas.
Una de las figuritas difíciles de conseguir para el canal donde trabaja fue Mirtha Legrand, pero hay otros personajes que él quisiera tener en la emisora de Constitución: "Alejandro Fantino, Santiago del Moro, pelado López, Germán Paoloski, Sebasián Wairaich, Matías Martin y Rial, pero con otra cosa, Intrusos me tararía problemas con mis elencos".
Desde que está con Griselda Siciliani, Adrián se siente mucho más pleno: "En los primeros años me sentí solo, no estuve bien acompañado. Mi vida es un antes y un después de Griselda" y al ser consultado por la posibilidad de casarse, responde: "El matrimonio pasó de moda, pero si ella quiere, firmo".
Para finalizar, Adrián menciona dos deseos: "Sentarme con productores a pensar historias durante veinte años más" y trabajar con su hijo mayor, Tomás de 15 años: "Toto es mi orgullo, me conmueve, estudia teatro, en tres años cuando termine el secundario va a estar listo para salir al ruedo, va a ser libre", dice, pero aclara: "En Pol-Ka lo espero con los brazos abiertos".