El juez de Nueva York Thomas Griesa decidió dotar de mayores prerrogativas al mediador que designó para la disputa entre la Argentina y los holdouts. En concreto, lo habilitó a incorporar a otros inversores que no aceptaron las condiciones de los canjes de 2005 y 2010 en las audiencias de negociación.
A los convidados por Griesa se los conoce en el sistema financiero como los "me too" ("yo también"), un tipo de acreedores con títulos en default que, tras el aval de la Corte Suprema de Estados Unidos al fallo favorable de los holdouts, están interesados en reclamar "igual tratamiento" que el dictado para los fondos NML,de Paul Singer, y Aurelius.
La novedad modifica el escenario del gobierno nacional. De ingresar más bonistas a las audiencias del "special master", el monto de la deuda en debate llegaría hasta el doble, o incluso más. Y por supuesto, aumentarían de igual manera los desembolsos que el Ejecutivo tendrá que afrontar. A los u$s1.300 millones que le corresponden a los fondos buitre, se calcula que hay u$s5.000 millones en juego que están en condiciones de sumarse al fallo original de NML.
La apertura hacia nuevos jugadores surge después de que el fondo NM del magnate Kenneth Dart, se presentó ante el tribunal de Griesa para cobrar en los mismos términos que lo dispuesto en el litigio encabezado por los grupos Aurelius, NML Elliot, Olifant y ACP Master.
Coincidió también con las señales que dio el Gobierno respecto a un posible diálogo con los holdouts en los próximos meses. "A finales de año, cuando desaparezcan los instrumentos que los fondos buitres han utilizado para la extorsión, habrá mejores posibilidades para dialogar con los acreedores que optaron por quedar fuera de la reestructuración de la deuda", confirmó el ministro de Economía, Axel Kicillof, en un diario mexicano.
Esas declaraciones fueron luego matizadas por el propio jefe del Palacio de Hacienda, al señalar que hubo una "malinterpretación intencionada" de sus dichos. No cambió nada. El ministro afirmó que sin la cláusula RUFO hay posibilidades de negociación. Lo mismo que dijimos siempre", comentaron al diario Página/12 fuentes del equipo económico. En la misma sintonía se había expresado ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien dijo dijo que era "falsa de falsedad absoluta" la versión que indicaba que el Gobierno está preparando un proyecto para modificar la ley de pago soberano de la deuda y poder cumplir con los fondos buitre.
Sin embargo, la prerrogativa de Pollack de sumar más inversores a las conversaciones no significa necesariamente un revés para el Ejecutivo. También puede considerarse como una concesión por parte del juez Griesa a los reclamos de los representantes de la Argentina. En más de una oportunidad, el gobierno nacional expresó su deseo de que todos los holdouts estén incluidos en las conversaciones. En su último viaje a Washington, Kicillof dijo que una de las condiciones para que hubiera negociaciones con los fondos buitres es que se incluya a todos los bonistas que están en condiciones de pedir igual tratamiento que NML por el pari passu.
Pese a los cambios en los términos de la negociación, lo cierto es que parece lejano que se haya despejado la desconfianza del Ejecutivo hacia Pollack. El "special master" fue blanco de las duras críticas por parte de los funcionarios y de hasta Cristina Kirchner, luego de que fracasaran las gestiones para llegar a un acuerdo y la Argentina fuera declarada en default "selectivo".