Por mi boca. Fui la única que se atrevió a sacar a la hija no reconocida de un presidente, que es Zaraí Toledo, la hija de Alejandro Toledo, que al final la tuvo que reconocer.
Tres años. En un principio dijeron que yo había inventado a la hija de Alejandro Toledo, él salió a decir que todo era mentira y me capturan. Fernando Olivera, su ministro de Economía, me dice, y esto esta probado y documentado, "Bueno, tú dices que Zaraí no es hija de Alejandro Toledo, te ponemos un avión y te vas a Miami". Y le dije que no, que yo me quedaba, que si tenía que meterme a la cárcel que me metiera, pero yo tenía nada que esconder.
Yo fui y dije "Este es mi domicilio". Me dijeron "no". "Sí, este es mi domicilio". ¿Y quién me iba a sacar? Nadie, que me metieran, que pasara lo que pasara, pero yo no iba a ir en contra de mis ideas. Más pesado que negociar con un presidente que te dice "O dices que Zaraí no es mi hija o vas a la cárcel y te violan y te matan".
No
Jamás. No.
Jamás. ¿En cámara? Jamás. Yo no les iba a dar el gusto a esos hijos de puta. Yo era fuerte como un roble, y eso me ayudó porque transmitía esa seguridad. Iba al Tribunal, les tiraba monedas y los llamaba "Tribunal comprado". Hice cualquier cosa. Después pensaba: "¿Laura, pero cómo se te ocurre hacer esas brutalidades?".
La política es una mierda. Acá, allá, en todos lados. Los políticos son unos corruptos que viven de la gente, y yo soy un peligro para ellos. Yo soy una persona que lucha en contra de la ignorancia, que hace que la gente aprenda sus derechos, que informa. Eso es desastroso para los políticos. ¿Por qué piensas que me han vetado a mí? En Venezuela estoy vetada, en Ecuador estoy vetada. No sé si podría salir acá, no sé si me vetarían, probablemente sí.
Porque la política es una mierda. Todos son unos corruptos, unos hijos de re mil putas, así que yo no me voy a embarrar.
¿Acá? (risas). Me gustaba mucho Eva Perón. Mi mail es "Evita". En mi set, en mi casa, en mi camerino, en todos lados tengo una foto de Evita. Esa sensibilidad para sentir y conectar con el dolor es lo que más me impresiona de ella. Y es lo que siento que de alguna manera tengo, que conecto con la gente
Me gusta. Hay problemas, pero en todos lados los hay.
(Duda) ¿Lo puedo decir?
Una cagada. Sinceramente, estas medidas populistas de Cristina me parecen patéticas. Yo cuando llegué sentí como una cosa en el corazón cuando a una argentina la pararon y le sacaron todas sus cosas. "A pagar impuestos". Y yo pensaba "Dios mío, esto es una dictadura, ¿a dónde estoy llegando?". No me gusta la Argentina que veo, me repulsa. Las medidas comunistas, izquierdistas, mientras se llenan los bolsillos los poderosos y le dan migajas al pueblo para tenerlo tranquilo, siempre terminan mal. Yo creo que esto es una bomba que va a explotar en cualquier momento.
Jamás. No te voy a negar que probé marihuana, pero me ahogué, casi vomito. Y el alcohol engorda, y como una persona que tiene anorexia, no puedo tomar alcohol. Es muy prohibitivo, prefiero comer una caja de chocolate. El vino me gusta, por ejemplo, o el champagne, pero no soy adicta porque engorda. Mira qué frívola que soy, porque en vez de decir "hace daño, te quema el cerebro, te embrutece, te da depresión". Porque el alcohol te hace un daño mortal. Pero en mi caso, antes que nada, es porque engorda.
-Cuando muere mi "nono", mi abuelo, a mí me afectó muchísimo, porque era la nieta mayor, la engreída, la princesa, y entonces dejé de comer. Un problema como ese te queda para toda la vida. Es como el alcoholismo, que nunca se cura. El anoréxico toda su vida tiene que controlar y combatir, pero el problema está ahí. Hice 5 años de psicoanálisis y me salvó la vida. No creo en los psiquiatras ni en las pastillas, no me gustan. Me parece que embrutecen a la gente. ¿Para qué vas a salir de una droga para entrar en otra droga? Yo creo en el psicoanálisis, soy una absoluta adicta, me encanta.
Ah, claro.
Sí. Bueno, no muchas, pero esto no tenía (señala sus pechos). Esto que tu ves acá son siliconas. Ahora estoy pensando en sacármelas porque no me gustan mucho ya. Querría ponerme un poquito menos. Me jalé esta parte de acá (señala las bolsas de los ojos y detrás de sus orejas) y me voy a hacer el próximo año un lifting, pero no me gusta que se vea cara de sorpresa. Y me he hecho el cuello. Eso es todo hasta ahora, no sé si más adelante me haré más.
No, no, nada que ver. Uno tiene que utilizar todos los recursos. Pero prefiero algo que no sea tan invasivo, no tantos cortes. Que me saquen sangre y me pongan sangre nueva, plasma, ese tipo de cosas.
Toda mi vida gira en torno a mi programa, y toda mi vida gira alrededor de la ayuda social. Yo el balance que hago a la noche es ¿a quién le cambié la vida? Por lo menos tiene que haber una persona a la que le haya cambiado la vida porque, si no, ese día no merece haber sido vivido. Entonces yo me guío mucho por las cosas que he logrado en el programa, esa es mi vida.
No, es mi vida, porque el programa no es televisión, nosotros le cambiamos la vida a la gente. Ahora estamos en una campaña en contra de la trata, la esclavitud, que es una cosa horrorosa. Hemos logrado recuperar a tantas niñas, y cuando yo veo a esas madres que van al programa y lloran, y son zombies, muertas vivientes, que no saben dónde están sus hijas. He logrado recuperar algunas, como a Valeria, que se la habían robado y estaba en El Salvador. Esa es la alegría más grande que Dios puede darme en este mundo, ¿me entiendes? Yo no lo veo como televisión, mi programa es una misión que Dios me dio para hacer cosas a través de la televisión.