Cuando sólo faltaban 48 horas para el momento que a href="http://www.infobae.com/2014/10/21/1603125-el-video-la-joven-que-se-quitara-la-vida-conmociona-eeuu" rel="noopener noreferrer" Brittany Maynard/a había elegido para su muerte, publicó un nuevo video en el que vuelve a defender su derecho a la muerte, aunque dice que ahora "no parece ser el momento adecuado".
"Si llega el 2 de novimebre y estoy muerta, espero que mi familia todavía esté orgullosa de mí y de las decisiones que he tomado", comienza la nueva grabación de Maynard.
"Y si llega el 2 de noviembre y todavía estoy viva, sé que seguiremos moviéndonos como una familia, sintiéndo amor entre nosotros y sabiendo que esa decisión llegará más adelante", dice entre lágrimas la joven de 29 años, que fue diagnosticada con un cáncer cerebral agresivo y a quien en abril los médicos le dieron sólo seis meses de vida.
La joven, que lucha contra esa enfermedad terminal desde el 1º de enero de este año, había publicado un video 10 días atrás en el que anunciaba su muerte voluntaria, y con esto conmocionaba a los Estados Unidos y reabría el debate nunca cerrado sobre la práctica de la a href="http://search.infobae.com//Eutanasia" rel="noopener noreferrer" eutanasia/a.
"Cuando la gente me critica por no haber esperado más tiempo o por todo lo que ellos han decidido que es mejor para mi, me duele", continúa Brittany en la grabación.
"Todos los días cuando me levanto me arriesgo. Y lo hago porque todavía me siento lo suficientemente bien y todavía tengo suficiente alegría y todavía río y sonrío lo suficiente con mis amigos y familia, por lo que no parece ser el momento adecuado justo ahora", subraya.
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Sucede cada semana", explica en el video, dinfundido anoche por Compassion & Choices, una ONG que lucha por una legislación que incorpore el derecho a la eutanasia, y que la muestra en su hogar en Portland, en el estado de Oregon, donde se mudó recientemente por ser
"Pero va a llegar, porque siento que cada vez estoy más enferma. Sucede cada semana"
Después de relatar cómo a pesar de que la enfermedad avanza cada día disfruta de los momentos de salud y felicidad con su marido y su familia, explica: "Lo peor que me puede pasar es que espere demasiado tiempo porque estoy tratando de aprovechar cada día".
En el video, además, cuenta sobre un episodio cercano que califica de "terrorífico", producto del empeoramiento diario de su enfermedad, cuando fue incapaz de pronunciar el nombre de su marido. "Sé que éste es mi marido, pero no puedo decir su nombre", pensó antes de ser internada.
"A veces la gente me mira y piensa 'No te ves tan enferma como dices que estás'. Y me duele escuchar eso, porque cuando estoy teniendo un ataque de convulsiones y después no puedo hablar, definitivamente me siento tan enferma como efectivamente estoy".
"Lo peor que me puede pasar es que espere demasiado tiempo porque estoy tratando de aprovechar cada día"
Dan, el marido de Brittany, y Debby, su madre, también aparecen en el video hablando del camino que recorrieron junto con ella. "No es mi trabajo decirle cómo debe vivir o cómo debe morir. Mi trabajo es amarla mientras pasa por esto", cuenta su madre durante su aparición.
Hacia el final, visiblemente emocionada, Brittany habla de sus sueños: "Si todos mis sueños se volvieran realidad, de alguna manera sobreviviría a esto". "Aunque muy probablemente, eso no suceda" se corrige entre lágrimas.
"Si todos mis sueños se volvieran realidad, de alguna manera sobreviviría a esto"
Al final del video, la joven explica sus objetivos: "Mi meta es influenciar para un cambio en estas políticas y me gustaría poder ver que todos los estadounidenses tengan los mismos derechos para acceder a los servicios de salud".
"Pero más allá de ese objetivo en las políticas públicas, tengo objetivos bastante más simples, como asegurarme de que mis amigos y mi familia sepan lo importante que son para mí y cuanto los amo", concluye.
Sólo en cinco estados de los Estados Unidos está permitida la eutanasia. En Oregon, la conocida como "Death with Dignity Act" (ley para una muerte digna) entró en vigor en 1997 por la presión de los electores. Según las últimas estadísticas de las autoridades sanitarias, desde entonces a 1.173 enfermos moribundos se les ha prescrito un narcótico mortal y, de ellos, 752 se quitaron la vida con esos medicamentos.