La Argentina podría sumar hoy el segundo incumplimiento en el pago de su deuda reestructurada, si no paga los intereses por u$s154 millones correspondientes a bonos Par bajo ley de Nueva York, cuyo vencimiento operó el 30 de septiembre pasado.
Ante la imposibilidad de realizar la operación a través del agente fiduciario original -Bank Of New York Mellon-, el país depositó el dinero correspondiente al vencimiento del 30 de septiembre en una cuenta especial en Nación Fideicomisos.
Al cumplirse los 30 días desde el vencimiento original del título sin que el dinero haya llegado a los acreedores -que no mostraron voluntad de cobrar ni en Buenos Aires ni en París- los bonos Par bajo legislación extranjera involucrados son considerados en default técnico.
El monto original era de u$s170 millones, pero unos 16 millones correspondían a títulos con legislación argentina que fueron pagados en el país.
Por otra parte, el fondo de inversiones Owl Creek está buscando reunir inversores para forzar una aceleración del pago de la deuda reestructurada, ante el incumplimiento del gobierno argentino, según informó la agencia Bloomberg.
El fondo está tratando de conseguir inversores que tengan bonos 2038 y debe conseguir al menos el 25% de los u$s5.400 millones en títulos, para conseguir la aceleración del pago de esos papeles.
El pedido de la aceleración, según indicaron voceros del fondo, tendría lugar en enero, paralelamente con las negociaciones que entablaría la Argentina con los holdouts, por el pago de una sentencia que el país perdió en los tribunales de Nueva York.
El fondo Owl Creek busca consenso de inversores para reclamar la aceleración de pagos
El primer incumplimiento del país se produjo el 30 de julio por u$s539 millones en títulos Discount cuando se cumplió el plazo legal, previsto en los papeles desde la fecha original de pago que era el 30 de junio.
La Argentina depositó ese dinero en las cuentas en Buenos Aires del Bank Of New York Mellon pero el juez Thomas Griesa ordenó que no sean giradas a Nueva York.
Griesa tomó esta decisión luego de que la Argentina no cumpliera con su sentencia de pagarle a holdouts u$s1.330 millones por incumplir la cláusula "pari passu".
A partir de ese momento se intentó una negociación que no tuvo resultados, dado que el país se niega a cerrar cualquier acuerdo antes del 31 de diciembre de 2014, período en el que está en vigencia la denominada cláusula RUFO.
Mediante la Ley de Pago Soberano el país creó una cuenta especial e invitó a sus acreedores a voluntariamente cambiar de domicilio de pago y de agente de pago, oferta a la que los acreedores reaccionaron con indiferencia.
Para el gobierno nacional, al haber formalizado ambos depósitos, la Argentina no está en default por considerar que realizó los pagos y que el dinero no llega a los acreedores por las trabas impuestas por Griesa.
Los agentes financieros aguardan que a partir del 2 de enero de 2015 la Argentina y los holdouts retomen negociaciones para normalizar los flujos de deuda reestructurada.