Mientras el Estado Islámico continúa su avance sobre Medio Oriente, el gobierno de Israel no pierde de vista el desarrollo de las negociaciones por el programa nuclear iraní. Este jueves, el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, mantuvo una reunión con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, en el Pentágono.
Durante el encuentro que mantuvieron en Washington, Yaalón, haciendo eco de primer ministro Benjamin Netanyahu, le transmitió a su homólogo las preocupaciones de Israel sobre la carrera nuclear iraní, a la que consideran como "la amenaza principal" del país.
La principal preocupación de Jerusalén sobre el programa nuclear iraní radica en la provisión de armamento a los grupos terroristas Hezbollah y Hamas, que hasta hace unos meses sostuvo fuertes enfrentamientos en la Franja de Gaza con las fuerzas israelíes.
Según Yaalón, la organización terrorista palestina está recibiendo apoyo de Turquía y Qatar. El jefe de la cartera de Defensa señaló que el grupo extremista tiene "dos comandancias terroristas: en Gaza y Estambul". A su vez, indicó que Hamas trasladó su centro de operaciones de Siria a suelo turco.
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"Ankara está jugando un juego cínico", disparó el funcionario israelí, al fustigar que el gobierno de Recep Erdogan por un lado es miembro de la OTAN, y por el otro "patrocina el terrorismo en contra de Israel".
Con respecto a la situación de Siria, Yaalón expresó que la situación se volvió "crónicamente inestable", y que el Estado Islámico "es una amenaza para toda la región".
"Estamos siguiendo de cerca las conversaciones [entre las potencias mundiales e Irán", resaltó el ministro de Defensa. Incluso señaló que, en caso de no haber acuerdo, "es mejor que un mal acuerdo", según consigna el portal Aurora. El plazo límite de las negociaciones nucleares está fijado para el próximo 24 de noviembre.
Según The New York Times, ante la dificultad de encontrar acuerdo entre los congresistas sobre un eventual acuerdo por el programa nuclear iraní, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, buscaría evitar llevar este tema al Congreso. Versión que fue desmentida por la Casa Blanca.