A medida que pasan los días, lo que en un primer momento pareció un triunfo de Rousseff, que se impuso en las elecciones del pasado domingo con el 41,5% de los votos, se transforma en una victoria de quien competirá contra ella en el ballottage, Aécio Neves, segundo con el 33,6 por ciento.
Es que el candidato del PSDB pasó de estar virtualmente afuera de la segunda vuelta a ser la sorpresa de los comicios, ya que se impuso cómodamente sobre Marina Silva, la postulante del PSB, que reemplazó al fallecido Eduardo Campos. Y sus probabilidades de crecimiento son mayores a las de la mandataria.
En momentos en que resulta inminente el acuerdo de una alianza entre las dos figuras opositoras, se pone en evidencia la consecuencia no buscada de la dura campaña de acusaciones que emprendió la presidente contra Silva en su afán de minar su capital político. No sólo porque eso propició el acuerdo entre sus rivales, sino porque los electores terminaron percibiéndolas como dos figuras netamente opuestas.
Por eso no resulta extraño que el 64% de las personas que eligieron a la ex líder ecologista en la primera vuelta se inclinen por Neves en el ballottage, según una encuesta de Ibope. Por el contrario, sólo el 18% dice que votará por Rousseff. El resto aún no decidió o votará en blanco.
El candidato socialdemócrata también sale favorecido entre los que optaron por votar en blanco en el primer turno electoral. De ellos, un 31% dice que ahora votará por él, contra un 13% que se inclinaría por la presidente. El 47% dijo que ratificará su voto.
Esta no es la primera encuesta que da un pronóstico favorable para Neves. Días atrás, un sondeo del instituto Veritá arrojó que se impondría con el 54% de los votos, contra el 45% de Rousseff.
Otra encuesta, realizada por e Instituto Paraná Pesquisas, también situó a Aécio en la delantera, pero por un margen menor: 54 a 46 por ciento.