Conseguir dinero es, probablemente, el principal obstáculo con que se topa la producción cultural en el país, en especial en lo que se refiere a proyectos independientes. Pero no solo en ese ámbito. Muchas personas también tienen dificultades para conseguir un capital inicial con el que comenzar sus emprendimientos. Sin embargo, desde hace un tiempo internet ofrece una solución. Libros, revistas, películas, documentales, obras de teatro o incluso un pequeño negocio de crochet o de manualidades pueden encontrar ese puntapié material con el que ser concretados gracias al crowdfunding.
El financiamiento colectivo es un fenómeno global que suma cada vez más adeptos y que ha servido para todo tipo de proyectos. El documental estadounidense Incident in New Baghdad (2011) que recibió una nominación a los premios Oscar, fue financiada íntegramente a través de este medio. Menos convencional, en España se puso de moda pedir dinero para pagar los estudios universitarios. Incluso museos prestigiosos han recurrido a esta modalidad para costear la restauración de cuadros, como el Ashmolean Museum de Oxford.
¿Cómo es el mecanismo? Por lo general, se comparte un proyecto y se establece una escala de donaciones por parte de los internautas, que tienen un determinado tiempo para participar. A cambio, se ofrece una recompensa como incentivo. Surgida en 2009, Kickstarter es la pionera y la mayor exponente a nivel mundial, pero hay más plataformas y muchas de ellas están especializadas. Bandtastic es un nicho para la música, mientras que Crowdfunder está específicamente ligada a los microemprendimientos. En el país, las dos principales son Ideame y Panal de Ideas.
El financiamiento colectivo en la Argentina
En la Argentina, la mayoría de los proyectos están ligados al ámbito cultural. "En el país, la cultura está en una situación informal y entonces el crowdfunding se convierte en una herramienta muy valiosa", asegura a Infobae la responsable del área de proyectos de Ideame, Agustina Lipovich. En esa plataforma, se destacan las categorías de cine, música, editorial y artes visuales. En los tres años que tiene de existencia, más de 1.000 proyectos consiguieron allí financiamiento.
"El crowdfunding se convierte en una herramienta muy valiosa para la cultura"
En Panal de Ideas, por otro lado, todas las campañas están ligadas al arte, ya sea de forma directa como indirecta. Según explica su director, Patricio Sabatini, además incorpora el concepto de crowdsurcing, con el que personas que pueden donar su conocimiento o equipos técnicos contribuyan de otra forma a la realización de los proyectos.
Cualca!, el sketch protagonizado por Malena Pichot, es citado como el caso más exitoso en el país: logró recaudar 245.000 pesos. El director y productor Esteban Menis, conocido en internet por Lloro de Felicidad, también recurrió al crowdfunding para financiar la segunda temporada de su exitoso Eléctrica, por el que pasaron figuras como Liniers, Jorge Drexler, Lali Esposito y Kevin Johansen.
"Ante la dificultad de financiar el proyecto con una productora formal, me pareció interesante no depender de ese capital externo. Fue una experiencia muy buena", afirma Menis. Eléctrica, cuyos primeros capítulos se convirtieron en viral en internet, consiguió 125.000 pesos que servirán para producir tres episodios largos. "Al crowdfunding le falta un poco en la Argentina, no es como en los Estados Unidos que un tipo quiere hacer una ensalada de papas y consigue un millón de dólares, pero la idea era conseguir lo que más se pudiera y se juntó bastante", agrega.
Las plataformas sirven también para emprendimientos. La periodista María Luján Torralba, por ejemplo, lanzó una campaña con el objetivo de financiar un nuevo diseño de la publicación que dirige, Revista Dínamo. "Creemos que con la ayuda de nuestros lectores y amigos podemos ofrecer un mejor servicio y relanzar la revista, con la damos difusión a artistas independientes y a manifestaciones culturales alternativas", afirma.
Cómo hacer una campaña de financiamiento colectivo exitosa
1. Objetivos
Toda campaña debe establecer su meta monetaria para lograr su determinado fin, el cual debe estar especificado. "El objetivo tiene que ser clarísimo y se tienen que notar la motivación del creador de la campaña. Pedimos que por lo general hagan un video para generar más interés y que se vea la cara de quién está buscando el dinero. También es importante que los montos sean realistas, fundamentados y el mínimo necesarios", señala Lipovich, de Ideame.
2. Tiempo de duración
"Recomendamos 30 días, porque hay mucho movimiento al principio y al final y en el medio se entra en una meseta. Entonces para darle una mayor intensidad conviene que no sea mucho más, o 45 días como máximo", sostiene Lipovich.
3. Preproducción
"Durante la campaña, hay un reloj que corre. Por eso, hay que tener claro de antemano qué se hará en esos días", dice Sabatini, de Panal de Ideas.
4. Comunicación
Lipovich y Sabatini coinciden en que la comunicación, tanto desde la estrategia como a quién está dirigida, es clave para que un proyecto cumpla su meta. Usar las redes sociales, mandar mails personalizados o contarles a los conocidos, amigos y familiares es un primer paso. "Los terceros suelen participar cuando hay una base sólida de activistas. Se da como un 'síndrome de restaurante vacío', si la campaña está estática y con pocas participaciones, no se suman. Por eso, la familia y los amigo son los primeros en dar ese aval de confianza y desde ahí se contagia", remarca Sabatini.
5. Recompensas
Para Sabatini, la creatividad en las recompensas que se ofrece a quienes colaboren con la campaña es fundamental. "Recomendamos que no se piense en el qué puedo dar, sino en lo que la gente puede llegar a querer. También tiene que haber una relación entre lo que se pide y lo que se da", agrega Lipovich.