Encuentran en el MoMa un film perdido de Mussolini como actor

Desde los archivos del Museo de Arte Moderno de Nueva York rescataron The Eternal City, con el dictador italiano como uno de los protagonistas

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La superproducción estadounidense iThe Eternal City/i (iLa ciudad eterna/i), realizada en 1923 en Italia con el dictador Benito Mussolini entre los protagonistas, fue proyectada por primera vez en varias décadas este martes en el Festival de Cine Mudo de Podernone (noroeste).

Rodada en la capital italiana un año antes de la Marcha sobre Roma que llevó al poder a Mussolini, la película fue dirigida por un judío polaco con el seudónimo de Samuel Goldwyn, quien esperaba, así, contar el nuevo rostro de la vida italiana.

Según el diario romano Il Messaggero, la película, que estuvo perdida durante décadas, probablemente porque enaltecía al dictador, fue descubierta recientemente en los archivos del Museo de Arte Moderno de Nueva York por la estudiosa italiana Giuliana Muscio.

De la cinta, en la que no sólo aparece Il Duce, sino también miles de comparsas, se salvaron sólo 28 minutos, considerados valiosos desde el punto de vista histórico, según el diario romano.

"Dan la idea del encuentro entre Hollywood, con su poder de seducción, y un dictador que intuía claramente que el naciente cine era un 'arma poderosa'", escribe el diario.

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Según Muscio, los desfiles fascistas eran espectaculares, como si hubieran sido concebidos para el cine, y el dictador era visto como un héroe popular, cuyo anticomunismo era una garantía para los estadounidenses.

"Estaba tan entusiasmado con nuestro proyecto que su oficina estaba siempre abierta para nosotros", contó uno de los técnicos a los organizadores del festival.

"En 1923, un filme que glorificaba a Mussolini y al fascismo no significaba para Hollywood una toma de posición desconcertante como parece hoy en día", explicó Muscio.

La película, que no llegó a ser proyectada en Italia, fue recibida con entusiasmo en los Estados Unidos, donde la comunidad italiana organizó manifestaciones de júbilo.

Entre las imágenes que se salvaron, se encuentran los desfiles de camisas negras por las calles del centro histórico de Roma y la gélida mirada de Mussolini en su oficina de Palacio de Venecia, casi un presagio en medio de la película-propaganda.