Grupos de musulmanes en toda Gran Bretaña se unieron el sábado al primer ministro David Cameron en su condena a la decapitación de Alan Henning a manos de insurgentes del Estado Islámico.
Se realizaron plegarias por Henning en mezquitas en toda Inglaterra al inicio de la festividad musulmana de Eid al-Adha.
Cameron dijo que Henning era un hombre amable y compasivo, que sólo quería ayudar a otros, y agregó que Gran Bretaña haría todo lo que estuviera en sus manos para aniquilar a sus asesinos.
Henning, de 47 años y taxista de Salford en el norte de Inglaterra, era parte de una caravana de ayuda humanitaria que transportaba suministros médicos a un hospital en el noroeste de Siria en diciembre del año pasado, cuando fue detenido por un hombre armado y luego secuestrado.
El viernes se publicó un video en YouTube que lo mostraba arrodillado en un territorio árido, similar a los videos anteriores del Estado Islámico de las decapitaciones de dos periodistas estadounidenses y un ciudadano británico.
"Usaremos todos los activos que tenemos para derrotar a esta organización, que es espantosamente despiadada, absurda y barbárica en la forma en la que trata a la gente", dijo Cameron en un comunicado emitido por televisión luego de un encuentro con jefes de las fuerzas armadas y de agencias de inteligencia.
El caso de Henning motivó una ola de peticiones por su liberación por parte de los líderes musulmanes británicos.
Shuja Shafi, secretario general del Consejo Musulmán de Gran Bretaña, dijo que el asesinato era un "acto despreciable y ofensivo".
El imán Asim Hussain, de la Mezquita Central de Manchester, dijo que era una "acto cobarde y criminal de brutalidad repugnante, por un grupo que no representa para nada al Islam".
En el pasado, a los líderes musulmanes de Gran Bretaña han sido acusados de negarse a confrontar públicamente al extremismo islámico, pero el caso de Henning provocó una respuesta unida.
El mes pasado, una carta firmada por más de cien imanes y líderes musulmanes británicos afirmaba que las amenazas a Henning no tenían justificación en el Islam.
"(La del Estado Islámico) no es una Yihad (Guerra Santa), es una guerra contra toda la humanidad", decía la misiva.
La mujer de Henning y sus dos hijos dijeron que estaban devastados por la muerte de un hombre que se había preocupado por el bienestar de otros.
"Será recordado por esto. Nosotros, como familia, estamos extremadamente orgullosos de él y de lo que logró", dijeron en un comunicado.