La hermana de Leopoldo López revela el calvario del líder venezolano arrestado por el régimen

Diana López habló con Infobae sobre la situación del coordinador de Voluntad Popular. "Está aislado, en la zona de castigo de la prisión militar", detalló. Según denunció, violan sistemáticamente sus derechos humanos

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Diana López es artista plástica y está de visita en Buenos Aires para participar en el Segundo Seminario Internacional Ciudades, Cultura y Futuro: hacia una nueva Agenda 21 de la cultura, que se realiza en La Usina del Arte. Sin embargo, como ella misma dice, aprovecha "todas las oportunidades" para visibilizar el caso de su hermano, Leopoldo López.

El dirigente opositor venezolano se ha transformado en el símbolo de la lucha contra el gobierno de Nicolás Maduro. Su protagonismo en las espontáneas movilizaciones de principios de febrero pasado hizo que el propio presidente bolivariano lo eligiera como blanco de ira. El 18 de febrero, el Gobierno lo detuvo en una multitudinaria movilización en su apoyo, lo acusó de "conspiración, incitación a delinquir, intimidación pública, homicidio agravado premeditado y terrorismo".

"Leopoldo está en juicio desde el 5 de junio. Un juicio injusto, muy irregular... La fiscalía presentó a 100 testigos y aceptaron a todos; la defensa presentó a 65 y no aceptaron a ninguno", detalla Diana López para graficar la poca independencia de poderes de la que goza la Justicia venezolana. "La jueza sufre presión directa", agrega.

La vida de los López se modificó radicalmente desde el arresto. Emocionada, su hermana mayor cuenta cómo manejan familiarmente tamaño desafío. "Es muy difícil tener unos sobrinos que no tienen a su papá todo el tiempo, tener a unos padres angustiados... es una situación bien compleja. Nos hemos unido, nos hemos fortalecido", afirma.

"Al ser una víctima, puedes tomar dos posiciones: o te activas o te recluyes. Nosotros elegimos ser la voz de Leopoldo, pero también ser la voz de todos los presos políticos de Venezuela".

Diana López habla como hermana mayor -"esa relación única"- y cuenta que le es muy difícil no ponerse nerviosa o emocionarse cuando habla del caso de Leopoldo. Casi todos los días recorre el trayecto de una hora que la lleva al penal militar de Ramo Verde, donde el único varón de los tres López espera que el juicio avance. "Es una cárcel muy aislada, muy custodiada, él está en la zona de castigo. Sólo puede recibir visitas de sus familiares directos y de sus abogados... unas 10 personas en total".

Aun así, el opositor venezolano se las ingenia para ocuparse de sus hijos. Y aquí es donde Diana López más se emociona. Casi sin poder creer lo que va a contar, revela que el pequeño "Leopoldo Santiago aprendió a caminar en Ramo Verde" y que Manuela –la hija mayor del opositor– aprovecha cada instante para compartir momentos con su padre. "Leopoldo le pintó árboles y pájaros en las paredes de su celda para crearle un buen ambiente" a su pequeña, cuenta.

A pesar de las dificultades, Diana ve a su hermano "crecido, seguro, más convencido, más abierto". Es que en la familia López todos sabían que Leopoldo sería político. "Cuando era muy joven, a los 15 años, escuchaba discursos... Sabíamos", dice y deja escapar una risa que marca la nostalgia por esos tiempos.

Esa misma sonrisa rápidamente se desdibuja cuando se le pregunta por la seguridad de su hermano. "Hace algunos meses entraron ocho efectivos con pasamontañas, vestidos de negro, mientras él dormía. Entraron sin ninguna razón, se llevaron libros, sus apuntes para la defensa. Lo maltrataron. Fue golpeado", detalla Diana López, y agrega que ya se presentó una denuncia ante las Naciones Unidas.

Respaldo internacional

Las movilizaciones contra el gobierno de Maduro comenzaron de manera espontánea a principios de febrero de este año, cuando miles de personas sintieron que era insostenible la vida en Venezuela: exigían seguridad (por los altos índices de homicidio, propios de países en guerra), una salida a la crisis económica (con una inflación anual que superó el 55% en 2013 y un evidente desabastecimiento de productos básicos) y por mayor apertura democrática.

Al reclamo, Maduro contestó con represión. En ese momento, los presidentes latinoamericanos que pidieron diálogo (el entonces mandatario chileno, Sebastián Piñera, o el colombiano Juan Manuel Santos) fueron tratados de enemigos de Venezuela. La reprobación de los aliados del bolivariano nunca llegó. Diana López registra la falta de apoyo de ciertos sectores, pero elige ponderar el respaldo que sí existió.

"Al principio de las protestas pocos se pronunciaron, entre ellos el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, envió una carta y exigió la liberación de Leopoldo. También hablaron los ex presidentes Oscar Arias, Fernando Cardozo o Ricardo Lagos", afirmó. También remarcó el pedido de diálogo del papa Francisco y la solicitud explícita de libertad que hizo el estadounidense Barack Obama.

Pero lo que más resaltó fue el calor de los propios venezolanos. Según relata, el afecto y el respaldo se sienten en la calle, cuando llegan a los tribunales... "las sonrisas, la fe".

El futuro

Los López acuden a las audiencias del juicio, pero poco confían en el desenlace. Están convencidos de que la denuncia internacional es lo que les traerá tranquilidad a su nueva vida. "Porque toda la dinámica cambia, pero a nosotros nos toca en público", afirma Diana.

"Leopoldo es el líder del cambio. Estamos en una dictadura, y él se entregó. Se sacrificaron él y su familia para denunciar la represión. Es muy probable que llegue a ser presidente, pero más allá de eso, es un líder nacional", afirma orgullosa Diana López.

Ante la posibilidad de hablar con el presidente Maduro y decirle -o pedirle- algo, Diana no duda un instante: "Que renuncie, eso le pediría".