La policía de Hong Kong lanzó varias rondas de gas lacrimógeno para dispersar el domingo unas protestas pro democracia y se enfrentó a una multitud que bloqueaba una carretera clave en el distrito donde se ubican las oficinas de Gobierno, luego de advertir que no tolerará las ocupaciones ilegales.
El distrito Admiralty estaba sumido en el caos en medio de la presión de los manifestantes para que Pekín garantice una democracia total en Hong Kong.
La policía lanzó ataques con gas pimienta y lacrimógeno, provocando que la multitud se dispersara mientras desplegaba sus paraguas y llamaba "cobardes" a las fuerzas del orden.
Sin embargo, los manifestantes regresaron al lugar y a primera hora de la tarde decenas de miles de ciudadanos se agolpaban en las calles y en los exteriores del importante centro comercial Pacific Place.
La policía no había usado gas lacrimógeno desde unas protestas contra la Organización Mundial de Comercio en 2005.
El gas lacrimógeno también alcanzó a la policía, aunque no estaba claro cuántas personas de cada bando necesitaron tratamiento.
"Lucharemos hasta el fin (...) nunca nos rendiremos", manfiestó Peter Poon, un manifestante veinteañero que agregó que podrían retirarse temporalmente cuando anochezca.
El líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, prometió una acción "resuelta" contra el movimiento de protesta, conocido como Occupy Central.
"La policía está determinada a manejar la situación apropiadamente de acuerdo con la ley", expresó Leung pocas horas antes de que las fuerzas del orden comenzaran a actuar.
Un portavoz de la oficina china para Asuntos de Hong Kong y Macau agregó que Pekín apoya plenamente la gestión de la situación por parte de Hong Kong.
Hong Kong volvió a estar bajo mandato chino en 1997 bajo una fórmula conocida como "un país, dos sistemas", la cual garantizaba un alto grado de autonomía y libertad del que no se disfrutaba en China. El sufragio universal se estableció como un objetivo probable.
Sin embargo, Pekín rechazó el mes pasado las demandas para que la gente elija libremente al próximo líder de la ciudad, lo que provocó amenazas de los activistas para cerrar el distrito financiero. China quiere limitar las elecciones a un puñado de candidatos leales a Pekín.
Los organizadores dijeron que unas 80 mil personas se congregaron en las calles en iAdmiralty/i, alentados por los arrestos de estudiantes el viernes. No había cifras independientes de la asistencia, pero la iniciativa es vista como la mayor acción de desobediencia civil desde 1997.