Tras el cierre de operaciones en Venezuela, el gobierno de Maduro ocupó plantas de Clorox

La compañía anunció su salida del país y la venta de sus activos tras reconocer considerables pérdidas en 2014 por las restricciones impuestas a través del control de cambios vigente desde hace más de una década

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El Gobierno de Venezuela, respaldado por cientos de trabajadores, ocupó el viernes para su reactivación las plantas de la estadounidense Clorox, luego del retiro del país de la multinacional que aplicó un inusual despido telefónico masivo.

Clorox, fabricante de productos de limpieza, anunció el lunes su salida de Venezuela y dijo que vendería sus activos en el país tras reconocer considerables pérdidas en el 2014 por las restricciones impuestas a través del control de cambios vigente desde hace más de una década.

Cientos de trabajadores habían ocupado las dos plantas de la firma, en espera de que el Gobierno socialista les diera un espaldarazo en la reactivación de las operaciones.

"Aquí está el Gobierno obrerista del presidente Nicolás Maduro ocupando temporalmente estas instalaciones junto a los trabajadores", dijo el vicepresidente Jorge Arreaza, desde la planta de la firma en Los Valles del Tuy, al sur de Caracas.

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Arreaza agregó que también procederán a reactivar las instalaciones en la otra planta de Clorox en Guacara, en el centro del país petrolero.

"No hay empresa transnacional, y esto que lo sepan otras empresas si es que acaso pretendieran seguir el nefasto e inédito ejemplo de esta empresa, que sea capaz de quitarle el derecho al trabajo en revolución a los venezolanos", agregó en la televisión estatal.

La ley venezolana contempla que se instale una instancia de negociación entre los trabajadores y el empleador supervisada por el Estado cuando está en riesgo la estabilidad laboral. En estos caso, ordena además la inamovilidad laboral durante el proceso.

Además, autoriza la ocupación temporal cuando una empresa sea "cerrada ilegalmente o abandonada".

La ocupación puede ser el paso previo a una nacionalización, a la administración obrera o a una empresa de capital mixta entre privados y el Estado. El vicepresidente no aclaró si el Gobierno pasará a confiscar y administrar los activos.

La agencia de noticias Reuters intentó comunicarse con Clorox pero no obtuvo una respuesta inmediata y, hasta el viernes, ningún representante de la firma se había acercado a las instalaciones.

Los trabajadores apoyaron la toma con consignas como "Chávez vive y el trabajo sigue", en referencia al fallecido líder venezolano. "No al cierre ilegal. Queremos trabajar", se leía en pancartas pegadas en la fábrica.

"Tenemos experiencia para seguir operando la empresa. La mitad de los trabajadores lleva más de ocho años laborando aquí. Esta es la principal fuente de empleo en el municipio", dijo el viernes Luis Piñango, uno de los casi 300 trabajadores que permanecieron día y noche en la unidad de los Valles del Tuy.

"Ellos huyeron del país. No siguieron los pasos que dicta la legislación venezolana para hacer un cierre", comentó Piñango a Reuters, horas antes de que la comisión gubernamental llegara a la fábrica.

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El vicepresidente agregó que no lograron comunicarse con la gerencia de la multinacional, "que huyó del país".

El último contacto de la firma con sus trabajadores fue a través de un mensaje de texto que recibieron la madrugada del lunes en el que se les invitaba a participar de una conferencia telefónica. Unos volantes entregados por los vigilantes de la fábrica también invitaban a ser parte de la llamada.

En ella, la voz grabada del gerente general de Clorox en Venezuela, Óscar Ledezma, les anunció su despido.

"Clorox Venezuela se ha convertido en un negocio inviable. Como resultado de esto nos hemos visto forzados a descontinuar nuestras operaciones esto significa que su relación laboral con la empresa se da por terminada de manera inmediata", según el audio al que tuvo acceso Reuters.

Mientras la escasez de productos de limpieza se sigue agudizando en el país de 29 millones de habitantes, en la planta de Clorox, en Los Valles del Tuy, miles de cajas de cloro, desinfectante y blanqueador esperan para ser despachadas.

Varias transnacionales, desde Colgate-Palmolive hasta Avon, han advertido que sus balances se han visto golpeados por los complejos controles de cambio y precios y la desaceleración de la economía, que las han llevado a reducir sus operaciones en el país.