quizás no sepa los padecimientos que sufren a diario millones de iraníes a quienes se les aplica leyes medievales. Pero sabe algo mejor que nadie:
, la empresa que administra desde
, está prohibida para todos los ciudadanos de ese país fundamentalista menos para el jefe del régimen,
.
Twitter, una de las herramientas más usadas para denunciar los abusos de países sometidos a leyes retrógradas y a dictaduras feroces, está vedado para todos los iraníes. Salvo el presidente, cuyas cuentas son utilizadas en árabe e inglés, simultáneamente. Sin embargo, nadie puede leer sus pensamientos en su propio país.
Ayer, Costolo le replicó en vivo uno de sus tantos mensajes por la red social.
"Sr. Presidente, disfruto sus tuits desde las Naciones Unidas. Amaríamos que el pueblo iraní también pudiera disfrutarlos. ¿Cuándo será eso?", interpela el ejecutivo de Twitter a Rohani. Su mensaje tuvo más de 1.500 retuits.
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