De acuerdo con un informe realizado por el Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc) de la Alcaldía Mayor de Bogotá, entre enero y agosto de 2014 se registraron 113 casos de sicariato en la capital colombiana, un 94,8% más respecto al mismo período de 2013 (58 casos).
El director del organismo, Rubén Darío Ramírez, explicó que el aumento obedece a la tendencia de las bandas criminales de utilizar a menores de edad para ejecutar los homicidios, a los que les ofrecen hasta 500.000 pesos colombianos (u$s250), según recoge el periódico El Espectador.
"Hemos visto un aumento de enero a agosto, principalmente de víctimas entre los 15 y 24 años, de los que hemos tenido 24 casos este año. Algunos de los hechos son cometidos por jóvenes y esto ha implicado un aumento del 94%", señaló Ramírez en diálogo con RCN Radio.
Este fenómeno está asociado con el tráfico de drogas. Ramírez indicó que, por lo general, los casos de sicariato se dan entre bandas que buscan eliminar la competencia de venta ilegal o instalarse en zonas donde hay una mayor comercialización. También sucede por ajustes de cuentas.
"Hoy ya no existe ese sicariato profesional que tuvo Colombia en los años 80. Ahora vemos que en estos homicidios protagonizados por jóvenes no ha habido ningún entrenamiento, sino que se confía en la osadía o audacia del agresor y se aprovecha su adicción a las drogas", sostuvo el funcionario.
En Colombia, durante la década de los 80, el capo narco Pablo Escobar imponía su ley, mientras que el jefe de sus sicarios, Jhon Jairo Velásquez, alias "Popeye", liberado hace un mes, era quien la ejecutaba. Hoy el sicariato responde al narcotráfico, aunque en menor escala.