Estados Unidos y naciones aliadas iniciaron la ofensiva de ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en Inglés) en Siria, anunciada hace dos semanas por el presidente estadounidense, Barack Obama, informó el Departamento de Defensa del país norteamericano.
"Fuerzas de los Estados Unidos y de naciones aliadas han comenzado los ataques contra el ISIS en Siria usando una combinación de cazas, bombarderos y misiles Tomahawk", anunció en Twitter el vocero del Pentágono, el contralmirante John Kirby.
El Mando Central de los Estados Unidos tomó la decisión de iniciar los bombardeos sobre el Estado Islámico en Siria este lunes, tras recibir la autorización de Obama, explicó Kirby en un breve comunicado en el que no detalló más información sobre los ataques, "dado que la operación está en marcha".
El vocero no precisó quiénes son las "naciones aliadas" que participan en los ataques junto con los Estados Unidos, ni tampoco el lugar geográfico donde se están efectuando.
Pero según funcionarios estadounidenses que hablaron bajo anonimato a la agencia AP, los ataques aéreos comenzaron a las 8:30 de la tarde, hora del Este de los Estados Unidos; y contaron con la participación de Washington, Bahrein, Qatar, Arabia Saudita, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos.
La primera oleada de bombardeos terminó unos 90 minutos más tarde, pero se esperaba que la operación se prolongase varias horas, dijo la fuente.
A EEUU se sumaron Bahrein, Qatar, Arabia Saudita, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos
Más de 50 ataques
Según un primer recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, esta primera oleada de bombardeos de la coalición contra el Estado Islámico dejó un saldo de al menos 30 terroristas muertos.
La ofensiva tuvo lugar en las provincias de Al Raqa -bastión principal del ISIS-, Deir al Zur, Al Hasaka y Alepo, y afectaron también a posiciones del yihadista Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria y que en principio no era blanco de la coalición, informó la ONG.
En Al Raqa, la aviación internacional lanzó veinte bombardeos contra bases y puestos de control de la organización extremista en su capital homónima, así como en las localidades de Tel Abiad, Tabaqa y Ain Aisa.
Uno de los objetivos de los ataques fue la antigua sede del Gobierno provincial de Al Raqa, que el ISIS había convertido en uno de sus cuarteles más importantes.
Mientras, en Deir al Zur, los aviones internacionales efectuaron veintidós ataques contra las bases del ISIS en la población de Al Bukamal, fronteriza con Irak y sus alrededores; y lanzaron otros ocho en la periferia este de la ciudad de Deir al Zur.
En Alepo, la aviación internacional alcanzó tres cuarteles del Frente al Nusra en la frontera entre esta provincia e Idleb.
El ISIS ha evacuado sus bases en la localidad de Manbech, en Alepo, y ha impuesto un toque de queda en Al Bab, uno de sus feudos más importantes en esta zona.
Otra provincia siria objetivo de la ofensiva fue Al Hasaka, donde la coalición internacional atacó tres posiciones del ISIS en los pueblos de Al Hul y Al Shadadi.
El plan de Obama
Con el inicio de los ataques en Siria ya están en marcha todas las operaciones de la ofensiva contra el ISIS anunciadas por Obama en un solemne discurso a la nación el pasado 10 de septiembre.
El presidente estadounidense se había resistido hasta este mes de septiembre a atacar en Siria, donde hace un año se negó a intervenir contra el régimen sirio por el uso de armas químicas.
El avance en los últimos meses del Estado Islámico, un grupo fortalecido en la guerra civil Siria, y la brutalidad de sus decapitaciones de occidentales televisadas han obligado a Obama a lanzar una nueva operación militar en Oriente Medio tras una década de guerras en Irak y Afganistán, heredadas de George W. Bush.
Obama insiste en que esta operación será diferente de esas contiendas, porque en ningún caso implicará el despliegue de tropas terrestres estadounidenses sobre el terreno, pero enfrenta el escepticismo de quienes creen, incluso dentro del Pentágono, que es imposible vencer al ISIS sin combates en tierra.
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Desde el anuncio de la ofensiva el 10 de septiembre, la Administración Obama y el Congreso de los Estados Unidos han ido dando pasos para materializar la estrategia dibujada por el presidente.
El día 15, los Estados Unidos lanzaron el primer ataque contra el ISIS, cerca de Bagdad, en el marco de la ampliación de su ofensiva en Irak con el envío de 475 militares más, una cifra que completa un total de más de 1.600 desde el inicio de los ataques aéreos en ese país el pasado 8 de agosto.
Hasta entonces, la ofensiva estadounidense contra el ISIS en Irak se había limitado a posiciones de los yihadistas en el norte del país para proteger a su personal o por razones humanitarias.
Este primer ataque dejó un saldo de al menos 30 terroristas muertos
Tres días después, el Congreso estadounidense autorizó el armamento para los rebeldes sirios que luchan contra el Estado Islámico, un "elemento clave" para Obama en su estrategia para frenar al grupo yihadista.
El Estado Islámico, fortalecido en la guerra civil siria, no sólo ganó poder y terreno en los últimos meses, sino también visibilidad. Sus avances en Irak y las brutales decapitaciones televisadas de occidentales han conmocionado al mundo y presentado a este grupo como una amenaza más temible aún que Al Qaeda.
Los Estados Unidos continúan construyendo una coalición lo más amplia posible de países para vencer a los yihadistas porque una de las prioridades de Obama es que el país, a diferencia de lo ocurrido en los años de George W.Bush, no actúe en solitario.
El otro límite es que no haya tropas de combate terrestres ni en Irak ni en Siria, por lo que el presidente estadounidense insiste en que esta operación no será un nuevo Irak ni un nuevo Afganistán.