La prestigiosa revista británica The Economist aseguró que "probablemente Venezuela tenga la economía peor administrada del mundo".
"Un gran productor de petróleo incapaz de pagar sus cuentas durante un auge prolongad del precio del petróleo es una bestia rara", manifestó el medio en un editorial respecto a la posibilidad de que Venezuela caiga en default, y aseguró que el país, el décimo mayor exportador de petróleo del mundo, hizo una "mala gestión económica colosal".
The Economist consideró que el gobierno de Nicolás Maduro "insiste en que tiene los medios y la voluntad para pagar los tenedores de bonos extranjeros. Pero pocos observadores esperan que se cumple con el plazo". Aun así, la temida palabra "default" está resonando fronteras adentro.
Muy crítica de la situación, la revista recordó que el 16 de septiembre Standard & Poor 's, una agencia calificadora, rebajó la deuda de Venezuela, al evaluar al país en "condiciones vulnerables y dependientes de negocios favorables, financieros y económicos para cumplir con sus compromisos financieros".
"Un gran productor de petróleo incapaz de pagar sus cuentas durante un auge prolongado del precio del petróleo es una bestia rara"
"La recesión económica, la alta inflación y las crecientes presiones sobre la liquidez externa seguirán erosionando la capacidad del Gobierno para pagar sus obligaciones externas en los próximos dos años", explicó S&P en el texto de su decisión por medio de la cual le rebajó la nota a Venezuela a CCC+, "la categoría especulativa de alto riesgo".
Días atrás, dos economistas venezolanos de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos, causaron un gran revuelo al criticar la decisión del gobierno de Maduro de mantener religiosamente el pago de los tenedores de bonos durante la ejecución de miles de millones en atrasos a los proveedores de alimentos, medicinas y otros suministros vitales.
Los economistas escribieron un artículo titulado "¿Debería Venezuela Entrar en Default?". Allí sostuvieron que "defaultear a 30 millones de venezolanos antes que a Wall Street es una señal de la bancarrota moral [del gobierno]". A raíz de ello, Maduro calificó a Hausmann de "sicario económico" y lo amenazó con persecución.