El Papa viaja a Albania, el país europeo más islámico y más tolerante

Un gobierno de unidad nacional en el que conviven musulmanes, católicos y ortodoxos, una nación que sepultó un pasado de feroz persecución comunista contra todas las religiones, es el destino de su primer viaje europeo

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Francisco es un Papa que viaja poco, pero cada una de sus salidas está muy cargada de simbolismo, pensada con la finalidad de dar un mensaje fuerte, no sólo a la grey católica, sino al mundo. Y no será diferente en esta brevísima visita de tan sólo 14 horas a Albania, este domingo 21 de septiembre.

En palabras de monseñor Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, Albania es "el ejemplo que desmiente a quien usa la religión para alimentar conflictos".

El primero, el principal y más urgente de los mensajes que Francisco quiere dar con esta visita es el de la convivencia religiosa. En este país, que padeció por años la dominación de una dictadura comunista -la única que llegó a inscribir la prohibición de toda práctica religiosa en la Constitución-, el final del régimen, en 1990, dio paso a una interesante experiencia de convivencia de credos.

Albania tiene la particularidad de ser el país más musulmán de Europa –si excluimos Turquía, que no es del todo europea- y ofrecer al mismo tiempo un modelo de coexistencia pacífica de religiones. Actualmente, algo más del 60 por ciento de la población es musulmana, y un 30% cristiana, entre católicos y ortodoxos.

Ambas confesiones tienen un pasado común de persecución y martirio, a manos del régimen comunista instaurado en la posguerra, que encarceló y fusiló a sacerdotes, y clausuró o destruyó más de 1800 iglesias.

Albania es "el ejemplo que desmiente a quien usa la religión para alimentar conflictos"

Hace 21 años, otro Papa, Juan Pablo II, visitó Albania para restaurar la jerarquía católica y consagrar a los primeros cuatro obispos luego de la larga noche vivida allí por la Iglesia. Entre 1956 y 1991 no había habido ordenaciones sacerdotales en ese país.

Ahora, en la agenda del viaje de Francisco, estarán el tributo a los mártires de la fe, el diálogo con el Islam y el recuerdo de la beata Madre Teresa de Calcuta, quizá la albanesa más conocida en el mundo por su misión entre los pobres de la India.

Entre los mártires cuyo recuerdo honrará el pontífice argentino, están Daniel Dajani, jesuita, rector del Seminario local pontificio, y el viceprovincial de la Compañía de Jesús en Albania, Giovanni Fausti. Ambos fueron fusilados junto con otros religiosos en marzo de 1946 en la localidad de Scutari.

Los jesuitas han regresado a esa ciudad y a Tirana, la capital, hace ya 20 años, por decisión de Juan Pablo II. Cerca del sitio donde cayeron Dajani y Fausti, hoy se levanta un Seminario que sirve para las 7 diócesis del país y también para los albaneses de Kosovo y Montenegro.

Mario Imperatori es un jesuita que vive en Scutari desde 2000, donde preside el Instituto de Filosofía y Teología de ese Seminario. En declaraciones al Vatican Insider, explicó que "el aspecto más importante del viaje del Papa a Tirana" es que "podrá ser la ocasión para subrayar el particular pluralismo religioso albanés, reconocido incluso en la legislación". "Esta pluralidad se ve favorecida por la presencia de un islam de inspiración sufí al lado del islam sunita de tradición turca. La experiencia albanesa es interesante porque ha permitido circunscribir la influencia del islam saudita y wahabita, y se espera que se puedan aislar los elementos fundamentalistas, que se han difundido en otras zonas de los Balcanes, como en Kosovo. En este contexto, la visita del Papa ayudará también a recordar el hecho de que el padre Fausti vivió explícitamente su martirio en una perspectiva islamo-cristiana, como demuestran sus diarios", agregó Imperatori.

"El viaje del Papa a Tirana es la ocasión para subrayar el particular pluralismo religioso albanés"

Como es habitual en sus visitas, el Papa oficiará una misa en público, en la plaza más importante de Tirana, cuyo nombre es Madre Teresa. Se reunirá brevemente con las autoridades del país, con miembros de otras confesiones religiosas y con los obispos católicos. Luego, en la catedral de la Capital, celebrará las vísperas con religiosas, laicos, sacerdotes y seminaristas. Francisco escuchará a las víctimas y testigos de la etapa de persecución religiosa, un drama que en Albania pertenece al pasado pero que es la realidad presente que viven hoy las iglesias cristianas en muchos países, en especial de mayoría musulmana.

En Albania, islámicos y cristianos padecieron la persecución por igual y tal vez ésa sea la clave de su convivencia actual. Los albaneses parecen haber ganado la apuesta por la construcción de una sociedad reconciliada y multirreligiosa.

"Si miramos a la historia de Albania –dijo el propio Jorge Bergoglio, en el vuelo que lo traía de regreso de Seúl-, desde el punto de vista religioso, fue el único país comunista que recogió el ateísmo práctico en su Constitución. Ir a Misa era anticonstitucional. Y además, me decía uno de los ministros que en aquel tiempo se destruyeron –no quisiera equivocarme en la cifra– 1.820 iglesias. ¡Destruidas! Ortodoxas, católicas… Otras iglesias se convirtieron en cines, teatros, salones de baile… Sentí que tenía que ir: está cerca, en un día se hace… lo considero como un verdadero apoyo a ese noble pueblo".

También destacó el hecho de que los albaneses han conseguido formar un gobierno de unidad nacional –"pensemos en los Balcanes", acotó-, constituido por musulmanes, ortodoxos y católicos, con un consejo interreligioso que es muy positivo y equilibrado".

Un modelo que Francisco quiere destacar y promover para el resto del mundo.

"Sentí que tenía que ir, lo considero como un verdadero apoyo a ese noble pueblo"

Pero también hay un mensaje para Europa en este viaje. Los analistas europeos, asombrados y admirados por este Papa venido del fin del mundo, subrayaban sin embargo el hecho de que Francisco no habló casi nunca de Europa en su primer año de pontificado. Sin embargo, eso cambió en las últimas semanas. En un mensaje a la comunidad de San Egidio, reunida en su asamblea anual, el 7 de septiembre pasado, el Papa escribió: "Europa está fatigada. Ha renegado de sus raíces y debemos ayudarla a reencontrarlas".

También hizo referencia –una vez más- a la "cultura del descarte: "Basta pensar en la tasa de natalidad de Europa", dijo, un continente que además rechaza a los viejos, "con actitudes detrás de las cuales se encuentra una forma de eutanasia encubierta", agregó el Papa.

Recientemente, se confirmó además que el próximo 25 de noviembre Francisco irá a Estrasburgo para hablar ante el Parlamento Europeo.

Pero en su primer desplazamiento dentro de la Europa "fatigada" eligió la periferia –como en Lampedusa-: Albania, uno de los países más pobres y marginados de la región, candidato a la Unión Europea pero que aún no la integra. Pero una Nación donde la religión renace y es sustrato de la paz.

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