"Es importante que Argentina salga del default lo antes posible para poder retornar a la senda del crecimiento económico sustentable y atraer la inversión que necesita". La definición pertenece a Kevin Sullivan, encargado de negocios de la Embajada de los EEUU en la Argentina, a cargo interinamente de la conducción de la sede diplomática hasta el arribo del nuevo embajador.
Según analistas internacionales, la Argentina ingresó en "default selectivo" el 30 de julio porque no pudo pagar un vencimiento de la deuda reestructurada. Para ello necesitaba acordar con un grupo de inversores que tienen un fallo favorable en la justicia de los Estados Unidos para cobrar el 100% de sus títulos emitidos antes de 2001.
En medio de la polémica con los denominados holdouts beneficiados por una sentencia del juez de Estados Unidos Thomas Griesa, la Argentina realizó el depósito correspondiente para cumplir con el vencimiento, pero el magistrado prohibió el desembolso del dinero. Es por eso que el gobierno de Cristina Kirchner no reconoce el default y repite que quiere pagarle al 100% de sus acreedores.
Ahora el Gobierno adoptó una estrategia doble. En el plano internacional planteó en ONU la necesidad de discutir nuevas regulaciones para reestructurar deuda soberana. La iniciativa fue respaldada por la mayoría de los estados miembros. A la par aprobó una ley en el Congreso para cambiar la jurisdicción de pago de los tenedores de títulos del canje. Sullivan aclaró que los EEUU no apoyan el plan argentino presentado en ONU. "EEUU no apoya el debate en Naciones Unidas porque no nos parece el ámbito para encontrar una solución eficiente", definió.
"¿Cuál es el marco adecuado?", le preguntaron. Y el funcionario diplomático respondió: "Es mucho mejor trabajar sobre mecanismos de mercado que ya existen para emitir deuda soberana antes de crear una convención en ONU o ir a La Haya", respondió.
La Cancillería también fue al tribunal internacional para abrir un caso contra los Estados Unidos por las resoluciones de sus jueces, pero el gobierno de Barack Obama rechazó la jurisdicción, paso indispensable para que se abra el litigio.
Pese a las diferencias, Washington comparte con la Argentina que el fallo de Griesa crea incertidumbre sobre el futuro de las emisiones de duda. El país norteamericano está interesado en el caso porque involucra al Citibank, un banco cuya continuidad en Argentina dependerá de lo que suceda esta semana en una audiencia judicial clave. Y por el otro porque los EEUU fomentaron una organización, la International Capital Market Association, que representa a los bancos más grandes del mundo y anunciaron cambios en los procesos futuros de reestructuración. Así logró que los contratos incluyan cláusulas de acción colectiva para que todos acepten la decisión de una mayoría calificada. El ministro Axel Kicillof elogió este cambio.
"Argentina venía muy bien, resolviendo problemas claves para su reinserción en los mercados financieros. El acuerdo con el Club de París es importante y contundente. Traerá beneficios a la Argentina", completó Sullivan.