Las enfermedades alérgicas son procesos más frecuentes de lo que se cree. Afectan a niños y personas jóvenes cuando están generalmente sometidos a algún tipo de exigencia. En total se estima que afecta al 20 por ciento de la población mundial y, en Argentina, uno de de cada cuatro personas pueden padecerlas a lo largo de su vida.
La a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Organización Mundial de la Salud/a clasificó a las enfermedades alérgicas entre las seis patologías más frecuentes del mundo. Y sus causas ya no son un mito. .
Según explica a Infobae la doctora Anahí Yáñez, médica especialista en Alergia e Inmunología Clínica (MN 81656) hay una creencia popular de que es difícil identificar los causantes. "Hoy se sabe que la constitución genética y las modificaciones en el estilo de vida y en el medio ambiente son los responsables de que un individuo desencadene la enfermedad. En los primeros años de vida son más comunes los cuadros clínicos de alergia a los alimentos, para posteriormente dar paso a los cuadros de alergia respiratoria durante la adolescencia y la edad adulta. La dermatitis atópica, muy frecuente en la infancia, es rara en los adultos pero predispone a los que la han padecido a desarrollar otras enfermedades alérgicas a lo largo de su vida".
Otro factor de complejidad de las enfermedades alérgicas es su carácter sistémico. "Por ejemplo, la rinitis alérgica, lejos de ser una enfermedad exclusiva de la nariz, supone una participación de múltiples órganos y sistemas e incluso el proceso inflamatorio de las mucosas de la nariz produce la participación de células sanguíneas (eosinofilos), la liberación de citoquinas inflamatorias afectando al pulmón y las conjuntivas y produciendo manifestaciones clínicas generales: cefalea, cansancio y alteración del estado de ánimo y sueño".
Los síntomas que permiten reconocer una enfermedad alérgica son diversos. Según indica la especialista, en la rinitis alérgica son el prurito nasal, múltiples estornudos, goteo y congestión nasal, acompañados en un 70% de los casos de síntomas oculares tales como enrojecimiento ocular, lagrimeo y picazón. En tanto, el asma se caracteriza por episodios recurrentes de sibilancias, dificultad respiratoria, opresión torácica y tos, especialmente nocturna o durante la madrugada. Los ataques de asma (o exacerbaciones) son episódicas, sin embargo la inflamación en la vía aérea es crónica.
Según ARIA (Guía del Impacto de Rinitis en Asma) ambas patologías pueden coexistir en los mismos pacientes. Entre el 10 al 40% de los pacientes con rinitis alérgica también tienen asma. En Argentina, se estima que 6 millones de personas la padecen. Por otra parte, el asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes a nivel mundial. La prevalencia de asma en niños varía desde el 1% hasta más del 30% en las diferentes poblaciones, inclusive, según los últimos estudios esta prevalencia va en aumento en la gran mayoría de los países, especialmente en niños jóvenes.
Entre los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de rinitis y asma la médica remarca: exposición a alérgenos (polvo casero, animales, cucarachas, ácaros y polen), exposición ocupacional a diferentes químicos, ser fumador o fumador pasivo (por ejemplo niños de padres que fuman en su casa), infecciones respiratorias virales, ejercicio, algunos estados de ánimo, irritantes químicos y medicamentos (tales como aspirina y beta-bloqueadores).
La calidad de vida de las personas que padecen alguna enfermedad alérgica se ve afectada especialmente por la alteración en el sueño ya que la rinitis, el asma o la urticaria empeoran generalmente por la noche.
¿Cómo tratarlas?
"En el primer escalón cuando las alergias son leves, el paciente debe aprender a evitar los elementos del ambiente que le producen las reacciones alérgicas como por ejemplo asegurar la calidad del aire con ambientes siempre ventilados es un factor fundamental. Los antihistamínicos de segunda generación son la elección en la rinitis alérgica y urticaria crónica y también pueden usarse por periodos cortos combinados con descongestivos orales en las rinitis alérgicas con síntomas de congestión nasal importante", aconseja Yáñez.
También, aclara que los antihistamínicos de segunda generación son medicamentos "seguros" que no producen efectos adversos como somnoliencia, sequedad de boca , trastornos cognitivos como sucedía con las versiones previas.
"En cuanto a los antiinflamatorios por vía nasal a base de corticoides tópicos (se aplican directamente en la nariz por lo que la absorción por parte del organismo es mínima) se demostró que no presentan los efectos adversos de los corticoides orales e inyectables".
En la actualidad se dispone de nuevos tratamientos para las enfermedades alérgicas (asma severa y urticaria crónica espontánea) es por eso que la especialista recomienda hacer la consulta a tiempo.