Mal año para el campo argentino. A las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires, que arrasaron la producción agropecuaria actual y deterioró los rendimientos de la futura, se le sumó una nueva caída de los precios de la soja en el mercado granario. Así lo indica el informe mensual de oferta y demanda global de cereales y oleagionosas, que presentó ayer el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), al elevar las estimaciones de cosecha récord en ese país, que hizo bajar el valor del producto por tercer día consecutivo.
El precio en la oleaginosa se ubicó en 390 dólares la tonelada, un 1,31% menos que en el cierre previo. La variación ubica a los futuros del commodity en su nivel más bajo de los últimos cuatro años, y en comparación con 2013 el valor se desplomó un 15 por ciento. Desde la primera rueda del año, en tanto, los futuros más activos en Chicago perdieron 22,5% o u$s105 por tonelada.
El aumento de la cosecha norteamericana trepará a 106,5 millones de toneladas, 3,4% más de lo calculado hace un mes, por lo que los stocks hacia agosto próximo -cuando finaliza el año agrícola- serán más abundantes que en los últimos ocho años.
El informe de la USDA tuvo su réplica en el mercado granario local, al cerrar la soja con nuevas pérdidas. En Rosario, la mayor terminal agrícola del país, la soja se ubicó entre 2.200 y 2.250 pesos (unos 262 y 268 dólares, según la cotización mayorista) por tonelada, desde el nivel de entre 2.250 y 2.290 pesos del miércoles.
El volumen negociado de la oleaginosa en Rosario es escaso desde julio, cuando los precios internacionales cayeron con fuerza. La tendencia en el mercado impulsó a muchos productores a retener sus granos, a la espera de precios más atractivos y una eventual devaluación del peso.
Este comportamiento acopiador, hasta ahora, profundizó la caída de la rentabilidad en los productores. Es que en julio la oleaginosa se ubica por encima de los 500 dólares. El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, cuestionó días atrás "el grado de especulación en algunos sectores" del campo. "A mí me llama la atención que no preocupe a los productores que han perdido casi 100 dólares en los últimos sesenta días" y siguen sin vender su producción, afirmó el funcionario.
Casamiquela consignó que entre la exportación y la industria nacional las compras de soja suman sólo 31,4 millones de toneladas, 3,71% menos que hace un año, cuando la cosecha 2012/20 fue de 49,3 millones, mientras que el volumen del ciclo actual ronda los 53 millones.
La publicación especializada Márgenes Agropecuarios expuso en su última edición que el costo de producir 1 tonelada de soja (en un planteo intensivo para lograr 4 toneladas por hectárea) puede llegar a 266 dólares, cuando el precio FAS esperado para mayo de 2015 es de 255 dólares. Es decir, en este esquema el productor perdería 11 dólares por hectárea.
Ese paso de los u$s390 a u$s255 se explica en Argentina por la aplicación del 35% de las retenciones. En 2013, como promedio, la soja cotizó a 330 dólares, unos 80 dólares por arriba de los niveles actuales. En simultáneo, subieron algunos costos medidos en dólares, como el gasoil (5%), los fletes (6%) y algunos herbicidas (6%). Todo ello recorta sensiblemente la rentabilidad del productor.
Pero el complejo escenario se profundiza más en el caso del trigo y maíz. En el primer caso, los valores cayeron 50% respecto de 2013, y en el segundo un 31%. Por este motivo se entiende que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires haya estimado que el área destinada al maíz de uso comercial del ciclo 2014/15 sería de 3 millones de hectáreas en Argentina, por debajo de los 3,2 millones estimados antes del inicio de la campaña, y 600.000 menos en comparación a la campaña 2013/14.