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A varios años de su muerte, Pablo Escobar todavía sigue siendo
. Incluso todo lo que rodeaba a quien fuera el narcotraficante más influyente
. Karl Hess,
, relató
"Es un sujeto muy extraño", resumió en su relato, en el que lo describe como un hombre de baja estatura y con una suave voz, parcialmente ciego y sordo por una bomba que explotó frente a su rostro.
Al igual que su hermano, supo ser uno de los hombres más buscados del mundo, al haberse convertido en una pieza fundamental del cártel de Medellín, donde ofició como contador.
"Con frecuencia criticaba a mi hermano por la violencia que provocó", le reconoció al grupo de turistas que visitó su casa, a las afueras de Medellín. Según cuenta Hess, Roberto "hizo un trato con el Gobierno para convertir la casa en un museo y utilizar las ganancias para financiar el recorrido y la fundación médica que estableció".
A pesar de haber señalado que más de una vez repudió la violencia de su hermano, reconoció que llegó a matar, aunque no hizo referencia a la lujosa vida que llevó durante los años que operaba para el mayor cártel de Colombia.
"Las paredes estaban decoradas con fotos del joven Pablo junto con recortes de periódico, trofeos viejos y un gran póster en el que se ofrecían 10 millones de dólares al que diera información sobre Pablo o Roberto", describió el autor, quien detalló también que en la casa se pueden observar varios agujeros de bala que quedaron desde el ataque contra Pablo.
Era tan exagerada la cantidad de dinero en efectivo que manejaba la organización narcotraficante que cada año perdía cerca del 10% de sus ganancias porque las ratas se lo comían o se pudría con la tierra.
En la residencia, donde los hermanos Escobar vivieron los últimos meses previos a la muerte del capo narcotraficante, "aún estaba la bicicleta de Pablo y el camión azul que usó la primera vez que pasó pasta base de cocaína por la frontera".
El ex narco salió de la cárcel en 2003 y, tras años en prisión, adquirió conocimiento médico al haber estado al cuidado de caballos finos. En su exposición ante los visitantes, Roberto aseguró que utilizó esos conocimientos para buscar una cura contra el VIH. "Curé el sida gracias a los caballos", afirmó.
Antes de retirarse a su cuarto y dejar al grupo de visitantes, concluyó: "Aunque ya todo quedó atrás; ahora soy bueno".