El subsecretario de Estado norteamericano, William Brownfield, no tiene dudas de que Hugo Carvajal enfrentará a la Justicia en algún momento. "La acusación quedó pendiente. En algún momento se va a poner en posición de ser detenido y va a confrontar la Justicia", señaló el funcionario. Los dichos fueron en un programa radial de la página web Actualidad Miami.
Según informa El Nacional, al ser consultado sobre si constituía un fracaso para el gobierno de Estados Unidos no haber logrado que Aruba entregara al general Carvajal, respondió que "fue un fracaso para todos", debido a que el ex jefe de la DIM puede continuar con sus actividades normalmente.
"Hay que aplaudir y felicitar la valentía de las autoridades de Aruba, que trataron de cumplir el pedido de Estados Unidos bajo la acusación del fiscal del sur de Florida de financiar a grupos terroristas. Las autoridades de Aruba tomaron un riesgo y sin duda alguna ellos querían seguir con este proceso", afirmó.
También sostuvo que el gobierno de Venezuela actuó agresivamente y al final Holanda asumió una posición basada en su interpretación de sus responsabilidades internacionales bajo el Convenio de Viena.
Quién es Hugo Carvajal
El general Hugo Armando Carvajal Barrios no era un hombre más dentro de la estructura burocrática venezolana. Fue durante años uno de los pocos funcionarios que podían llegar hasta lo más íntimo del poder y aconsejar al jefe máximo del gobierno: Hugo Chávez.
Nacido el 1º de abril de 1960 en Puerto La Cruz, oeste de Venezuela, Carvajal estuvo desde los comienzos de Chávez. Participó en el intento de golpe de Estado que dio el posterior presidente en 1992 y fue nombrado jefe de Inteligencia en 2004 hasta 2011.
Hizo la secundaria en el Liceo Militar "José Antonio Anzoátegui" y luego ingresó a la Academia Militar, donde se graduó en 1981. Fue durante esos años cuando lo bautizaron "El Pollo".
Fue el jefe de la División General de Inteligencia Militar venezolana (DGIM) y quien más secretos compartió con el extinto caudillo bolivariano. Es también un símbolo de la corrupción chavista y muchos en el régimen creen que con su caída se aproxima una complicada época para la red de complicidades que se tejió a lo largo de los años de gobierno bolivariano.