El ántrax es una bacteria que sin duda goza de fama internacional y para los argentinos aún sigue pareciendo un mal exótico. Sin embargo, no lo es. Existe desde siempre en nuestro país: el hábitat principal donde se aloja es el ganado vacuno e integra el grupo de las enfermedades conocidas como ETAS (enfermedades de transmisión alimentaria) entre las que también se encuentran algunas más familiares y conocidas como la triquinosis, Escherichia coli, Salmonella, botulismo, entre otras.
Lo que impacta del ántrax es su alta letalidad y es cierto que a lo largo del tiempo ha cosechado algunas particularidades. Su carácter de bacteria exótica lo dispara fundamentalmente el hecho de que es una de las elegidas por el llamado bioterrorismo –junto con el ébola– en caso de disparar una guerra biológica poderosa y eficiente.
Pero por ahora, el ántrax tiene horizontes más cercanos. Integra la lista de las diez ETAS de mayor incidencia en la Argentina. Y es sin duda una bacteria virulenta.
Su plataforma autóctona está definida entre los especialistas también por su nombre: se lo conoce como ántrax o carbunco, porque cuando penetra en una herida abierta la vuelve negra.
Además de su alta letalidad, la otra clave para conservar su fama son sus vías de transmisión. La severidad del ántrax o carbunco en el hombre varía según el modo de contagio (gastrointestinal, cutáneo o respiratorio) y la velocidad del tratamiento.
El químico argentino doctor Fernando Cardini, coordinador del comité de bioseguridad y analisis de riesgo de ILSI Argentina y considerado uno de los expertos en el tema ántrax más destacados del país, explica a Infobae: "El carbunco, también conocido como ántrax, grano negro, fiebre esplénica, es una enfermedad contagiosa causada por el Bacillus anthracis, una bacteria que puede encontrarse en animales enfermos o cadáveres de animales muertos por el proceso, y en suelos contaminados –en los cuales puede sobrevivir por más de cincuenta años– a partir de los excrementos y secreciones de los animales enfermos".
Cuando la bacteria se expone al oxígeno del aire, forma esporas que son muy resistentes a los agentes físicos y químicos.
"Existen tres vías de transmisión de la bacteria ántrax o carbunco: la vía gastrointestinal, que puede ingerirse a partir de comer carne vacuna 'enferma': sin los controles sanitarios, ni bromatológicos correspondientes; la vía respiratoria, a partir de aspirar las esporas del bacilo (microorganismo) que flotan en el aire, y la vía cutánea, cuando la bacteria es absorbida a través de una herida abierta en la piel".
Define Cardini: "La vía gastrointestinal y respiratoria alojan y desarrollan la bacteria, en el intestino, en el primer caso y en el pulmón en el segundo. La letalidad en ambos casos puede ser del 75 al 90 por ciento.
La transmisión por vía de la piel baja dramáticamente la mortalidad, al 5 ó 10 por ciento. En los tres casos lo que desencadena la muerte es el ingreso de la bacteria en la sangre y el posterior desarrollo de una infección generalizada (septicemia) en el paciente".
Los más expuestos
Los más expuestos a contraer ántrax son el personal del campo: veterinarios, trabajadores agrícolas y, al pertenecer al grupo de ETAS, también aquellas personas que trabajan con alimentos.
La cutánea se contrae por contacto con animales infectados o cadáveres, lana, cueros y pelos contaminados. En la parte expuesta de la piel aparece una lesión que evoluciona hacia la formación de una escara negra y deprimida, y si el paciente no es tratado, la infección puede progresar hasta producir septicemia y la muerte.
La forma pulmonar se contrae por inhalación de esporas de Bacillus anthracis. Al principio de la enfermedad, la sintomatología es leve y semejante a la de una infección común de las vías respiratorias superiores, unos 3 a 5 días después los síntomas respiratorios se agudizan, con fiebre, shock y muerte.
El carbunco gastrointestinal se contrae por la ingestión de carne contaminada, proveniente de animales enfermos o sus despojos; y se manifiesta por una violenta gastroenteritis con vómitos y deposiciones hemorrágicas.
Escudo protector
Hasta ahora la vacuna contra el ántrax es el único escudo protector conocido y probado.
El doctor Cardini precisa a Infobae: "En la Argentina, existe una vacuna desarrollada en la década del 70 que desde hace muchos años se le suministra al personal de campo, veterinarios y quienes están expuestos al trabajo con alimentos vacunos o embutidos. Las dosis y refuerzos son anuales.
¿Cuál es el alcance real del ántrax en la Argentina? que parece estar mucho más cerca de lo que se cree. El imaginario popular lo sigue vinculando al bioterrorismo
Dice el químico Cardini: "Está mucho más cerca de lo que se cree y muy vinculado a la raíz del trabajo habitual con el ganado vacuno en el campo argentino, como también ocurre en otros países de Centroamérica. Por eso es tan importante advertir sobre la vacuna para el personal que se expone. Comer la carne bien cocida, asegurarse de que sea de procedencia probada y que cumpla con todos los requisitos que establecen el conjunto de las autoridades sanitarias y de control bromatológico. Y cuidarse mucho también de los embutidos porque a veces se trata de carne fresca y casera, sin los controles sanitarios correspondientes".
Refuerza Cardini a Infobae: "Cuando la infección está instalada en el paciente no puede darse la vacuna. El tratamiento que queda es la administración de antibióticos de forma verdaderamente masiva. Estoy hablando de que una persona infectada tiene que resistir aproximadamente 3 millones de unidades de penicilina tipo G, que es la que se indica en estos casos".
Entre llanura pampeana y bioterrorismo
En los animales, la enfermedad afecta a bovinos, ovinos, caprinos, equinos, porcinos y a los caninos. Los síntomas son fiebre, síntomas nerviosos, dificultad respiratoria, convulsiones y muerte. Con frecuencia se observa una descarga espumosa y sanguinolenta por la boca y muerte.
Ramon Noseda es CFO-Director y especialista en microbiología del Laboratorio Azul Diagnostico en la localidad de Azul, provincia de Buenos Aires, y está considerado otro de los expertos en ántrax más destacados del país.
Noseda aporta un panorama comprometido de cifras y falta de controles respecto del ántrax en la provincia de Buenos Aires.
Durante 2013 y 2014, en la provincia de Buenos Aires se han identificado 39 brotes en el ganado bovino. Sólo en el 2013 se reportaron 7 casos humanos de ántrax cutáneo en esta provincia.
Las muestras de suelo, que son muy importantes, muestran condiciones ideales que favorecen el mantenimiento de las esporas de patógenos, por lo que los pastos son llamados "campos malditos" o "pastos malditos".
Lo más revelador que surge del análisis de Noseda es que la presencia de ántrax en cualquier territorio es indicador del declive en la salud del suelo. Y refleja negligencia y falta de interés de los organismos de control para revertir el escenario. Al respecto es muy auspiciosa la Resolución N° 115 sobre ántrax de la provincia de Buenos Aires que intenta revertir muchos años de falta de control.
Concluye Cardini: "Es cierto que el ántrax es atractivo para el bioterrorismo. Porque a través de su vía de contagio aérea hace pulular esporas tóxicas en el medioambiente provocando una altísima letalidad. Esa manera de distribuir una bacteria con alta carga de toxicidad resulta efectiva para los fines del bioterrorismo y las guerras biológicas".