Al igual que muchos de los terroristas que se unieron a las filas del temible Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), se crió en Occidente. Específicamente en Boston, Massachusetts, una de las ciudades culturalmente más ricas de EEUU, sede de dos de sus principales universidades: Harvard y el MIT.
Ahmad Abousamra nació en Francia en 1981, pero se mudó de pequeño a Estados Unidos. Creció junto a su padre, un destacado endocrinólogo que trabajaba para el Hospital General de Massachusetts.
En su adolescencia, asistió a uno de los mejores colegios privados del estado, la Escuela Católica de los Hermanos Javerianos. Se graduó con diploma de honor e ingresó en la Universidad del Nordeste.
Entonces, según fuentes de inteligencia consultadas por ABC News, obtuvo un título "vinculado a tecnología informática y trabajó para una compañía de telecomunicaciones".
Pero algo pasó en el medio del camino. El proyecto de científico que ilusionaba a la familia se fue a pique cuando se unió a la Yihad Islámica.
El quiebre se produjo en 2004, cuando las autoridades estadounidenses descubrieron que había viajado junto con otras personas a Irak, con el objeto de luchar contra las tropas de Estados Unidos.
Durante un tiempo no se supo nada de él, pero informes de inteligencia revelaron en 2009 que estaba trabajando para Al Qaeda en Irak, una de las tantas ramificaciones de la organización creada por Osama Bin Laden.
Según informa ABC News, estaba trabajando como líder del ala mediática del grupo. Utilizando sus conocimientos de computación y manejo de internet, fue el impulsor de una intensiva campaña mediática a través de las redes sociales.
Con el tiempo, Al Qaeda en Irak se transformó en el Estado Islámico. La hipótesis de la inteligencia estadounidense es que Abousamra se sumó a las filas del ISIS y que es el responsable de la impresionante difusión que consiguió la organización durante los últimos meses.
"Hay una búsqueda mundial de Abousamra, que será perseguido hasta su hallazgo", le dijo al mismo medio el agente especial del FBI Kieran Ramsey.
El Gobierno ofrece una recompensa de 50.000 dólares a cambio de información que posibilite su captura.
La estrategia publicitaria del ISIS a través de Twitter, Facebook y otras plataformas es uno de los secretos que explican su enorme capacidad de reclutamiento entre jóvenes de distintos países occidentales. Principalmente, en aquellos angloparlantes, como Reino Unido y Australia.