Si bien la carrera armamentística entre Estados Unidos y la Unión Soviética se acabó con el desplome de esta última a fines de 1991, una disputa similar pero con China en lugar de la URSS ya puede observarse en la "era hipersónica" que ambas potencias acaban de comenzar.
La nueva joya tecnológica que exhibe Washington es el "Arma Hipersónica Avanzada" (AHW, por sus siglas en inglés). Ésta forma parte del programa "Ataque Global Inmediato Convencional", diseñado para construir armas convencionales que puedan atacar desde tierra firme en EEUU a objetivos en cualquier parte del planeta en menos de una hora, viajando a una velocidad que supera los 5.600 kilómetros por hora.
Este misil podría ser utilizado para atacar objetivos terroristas identificados a miles de kilómetros de distancia, o armas de destrucción masiva siendo trasladadas a través de un campo abierto. El arma fue desarrollada por el Laboratorio Nacional Sandia y el Ejército de Estados Unidos.
El AHW es una planeadora de alta velocidad, que se lanza con un cohete acelerador de tres fases. Aunque este planeo o deslizamiento, en el que la nave desciende sin la acción de un motor, se produce a una velocidad extrema.
Una de las grandes ventajas de esta arma es que puede viajar cinco veces más rápido que el sonido -más del doble de la capacidad del avión Concorde-, algo que dentro del mundo aeronáutico se conoce como Mach 5.
Este tipo de armas hipersónicas mantienen su trayectoria dentro de la atmósfera y vuelan con una tecnología conocida como "air breathing", que requiere la toma de aire para la combustión durante su recorrido.
Prueba fallida
A pesar del enorme avance tecnológico que representa el Arma Hipersónica Avanzada, a principios de la semana pasada el ejército estadounidense tuvo que detonar una de ellas segundos después de lanzarla debido a un problema técnico, suspendiendo antes de tiempo una prueba de vuelo que formaba parte de un proyecto experimental.
"Hemos terminado el vuelo menos de cuatro segundos después de la fase de despegue", le dijo la vocera del Pentágono, Maureen Schumann, a la agencia de noticias AFP.
El fallido lanzamiento se produjo en el Kodiak Launch Complex, ubicado en Alaska. "Debido a una anomalía, la prueba fue terminada poco después del lanzamiento para garantizar la seguridad pública", expresó el Pentágono a través de un comunicado.
El incidente no dejó personas heridas, y tras el mismo las autoridades militares iniciaron una serie de extensas investigaciones para determinar donde estuvo el inconveniente técnico. La anterior vez que el ejército de EEUU había probado este mismo tipo de arma fue en noviembre de 2011 en Hawaii, aunque en esa ocasión la evaluación fue exitosa.
China y Rusia no se quedan atrás
El fallido test de la AHW estadounidense fue llevado a cabo luego que el ejército chino también realizara sin éxito la prueba de un sistema similar. El misil Wu-14 desarrollado por el gigante asiático para lanzar ojivas nucleares o alcanzar naves enemigas está siendo diseñado para viajar a velocidades de casi 13.000 kilómetros por hora, equivalente al tipo Mach 10.
Hace tres semanas la prueba china del Wu-14 falló en circunstancias parecidas al testeo norteamericano, según reveló el periódico South China Morning Post, que se edita en Hong Kong.
Sin embargo, al parecer EEUU y China no están solos en esta nueva fase histórica de la carrera armamentística, ya que Rusia también está intentando desarrollar su propia arma hipersónica según señala el sitio web Washington Free Beacon.
Pero como si todo esto fuera poco, el Wu-14 no es el único gran avance hipersónico de Pekín en los últimos meses. A esto hay que agregarle que un grupo de científicos chinos anunció que su país ya posee la tecnología de la "supercavitación", que en un futuro permitirá viajes submarinos a velocidad supersónica permitiendo cubrir un hipotético viaje entre Shanghai y San Francisco en apenas 100 minutos.
A grandes rasgos, la "supercavitación" consiste en la creación de una "burbuja" de aire alrededor del vehículo submarino que le permitiría viajar evitando la fricción del agua, con condiciones similares a las de un avión, según publica la agencia de noticias EFE.
Este tipo de tecnología comenzó a ser estudiada durante la Guerra Fría por parte de la Unión Soviética, que utilizando el concepto de la burbuja bajo el agua logró que sus torpedos viajaran a 370 kilómetros por hora, una velocidad muy superior a la de los proyectiles submarinos convencionales.
Aunque todavía se está lejos de conseguir velocidades submarinas similares a las aéreas, en teoría sería posible que, depurando al máximo esta tecnología, se alcanzara la
bajo el agua, de aproximadamente unos