Tanu, de siete años, vivía con su madre, Renu Awasthi, en Gaura, un pequeño pueblo ubicado en Sitapur, al norte de India. Hoy está sana y bien cuidada, pero estuvo al borde de la muerte por el salvajismo de los victimarios menos pensados, sus propios tíos.
Según le contó a la policía, unos días atrás, la pareja fue a visitarla a su casa y se la llevó, sin el consentimiento de la madre. Tras tenerla un tiempo cautiva, la estrangularon para asesinarla.
Al creerla muerta, se la llevaron hasta un cañaveral en el pueblo de Maanpur, y la enterraron. Jamás se imaginaron que la niña seguía viva.
No pasó mucho tiempo hasta que Tanu recobró parcialmente el conocimiento y comenzó a gritar y a moverse, tratando de remover la tierra. Afortunadamente, Alok Kumar escuchó sus quejidos y corrió inmediatamente hacia el lugar.
Cuando vio que el suelo se movía no podía creerlo. Cavó lo más rápido que pudo y rescató a la niña.
Luego la llevó hasta la sede policial del pueblo, donde los oficiales la interrogaron y verificaron que tenía señales claras de estrangulamiento en su cuello. Rajesh Krishna, el jefe policial del distrito de Sitapur, contó al Daily Mail que Tanu no era capaz de reconocer a sus tíos, ya que era la primera vez que los veía.
Misteriosamente, cuando fueron a la casa de la madre, la encontraron vacía y cerrada. Los vecinos aseguran que no ven a nadie en ella desde hace una semana.
Sin embargo, Tanu no se quedó sola. Al ver a su nieta en televisión, Rajrani, la abuela materna, acudió a las autoridades para pedir la tenencia hasta que se aclare lo ocurrido.
"Renu (la madre) había vuelto a vivir con nosotros algunos meses después de casarse. Pero 15 días atrás, sin informar a nadie, se fue y se llevó a Tanu con ella", contó Rajrani.
Por el momento, la niña volvió a la casa de su abuela, en el distrito de Gomtinagar. La Policía continúa la búsqueda de la madre.