La noticia del asesinato de James Foley a manos de militantes del Estado Islámico impactó al mundo por la crueldad del grupo yihadista.
Durante los días siguientes, se supo que Foley era un fotoperiodista del sitio estadounidense GlobalPost y que había cubierto algunos de los conflictos más peligrosos de los últimos años; entre ellos, los de Afganistán, Siria y Libia. Incluso fue secuestrado en 2011 for fuerzas leales al régimen de Muammar Khadafi.
"Uno atraviesa varias emociones cuando está en cautiverio. (...) Uno no quiere ser definido como ese tipo que fue capturado en 2011. Creo que el periodismo en el frente es importante porque sin él no podemos contarle al mundo qué tan malo puede ser", dijo.
Durante algún tiempo trabajó como periodista asignado a unidades militares. En una ocasión vivió en carne propia la experiencia de un soldado, cuando el convoy en el que se encontraba fue emboscado por insurgentes mientras atravesaba un valle en la provincia de Kunar, Afganistán.
Además, Foley se encargó de mostrar no sólo que ocurría en el frente de batalla, sino también cómo las vidas de las personas eran afectadas por los conflictos en los que se veían envueltas, y esto constituyó una parte importante de su cobertura de la guerra civil siria.