El grupo Estado Islámico lanzó una ofensiva largamente anunciada la semana pasada para apoderarse de aeródromo de Tabqa, que se ubica a 45 kilómetros del bastión de los extremistas en la ciudad de Raqqa.
La base aérea fue una de las instalaciones gubernamentales más importantes de la zona, que albergaba varios escuadrones de aviones de guerra, helicópteros, tanques, artillería y municiones.
Tras varios intentos por superar los muros de la instalación en días recientes, el domingo lograron introducirse y tomar el aeródromo el domingo, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres.
Pese a la ofensiva aérea del gobierno para hacer retroceder a los atacantes los yihadistas rápidamente aplastaron los focos de resistencia. Su éxito final provocó un baño de sangre. Al menos 500 combatientes murieron en enfrentamientos entre miembros de Estados Islámico y del ejército regular de Siria.
"170 soldados sirios resultaron muertos", indicó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), quien además agregó que 346 yihadistas habías fallecido desde el martes.
"Algunos elementos de las tropas del régimen sirio se retiraron y ahora el Estados Islámico está en control pleno de Tabqa", manifestó el director del Observatorio, Rami Abdurrahman. "Esto hace que la provincia de Raqqa sea la primera que el gobierno ha perdido por completo".
Otra agrupación de activistas, el Comité Local de Coordinación, también informó que los extremistas tenían el control de la provincia. La agencia estatal de noticias SANA confirmó que el gobierno perdió la base aérea e indicó que sus tropas "se están reagrupando exitosamente tras evacuar el aeropuerto".