El periodista estadounidense James Foley fue asesinado mientras vestía una túnica naranja, tenía las manos esposadas detrás de la espalda y permanecía arrodillado en alguna colina del norte de Siria.
El video de su muerte a manos de un militante del Estado Islámico (EI) fue subido a YouTube el martes por la noche, lo que causó un gran revuelo en las redes sociales y la indignación y el rechazo del mundo entero.
El sombrío video, de cuatro minutos y 40 segundos de duración, comienza con una grabación de un discurso del presidente estadounidense Barack Obama en la Casa Blanca en el que anunciaba los recientes ataques de la Fuerza Aérea contra objetivos yihadistas en el país.
A continuación, pueden verse imágenes de algunos de esos ataques, justo antes de que tomen a Foley y su asesino mientras leen discursos acusando a la política exterior estadounidense por su segura muerte. El asesino a continuación se acerca a Foley desde atrás y lo ataca con un cuchillo. Después de una pequeña pausa, el cuerpo del periodista es mostrado en un charco de sangre.
Como pieza de propaganda, el video logra lo que se propone: en pocas horas ha generado un repudio internacional que obligó, entre otras cosas, a que el primer ministro inglés regrese anticipadamente de sus vacaciones en Cornwall.
Pero, ¿qué es lo que realmente nos dice este video sobre Foley, sobre sus asesinos y su agenda? Ésa es la pregunta que un artículo del diario inglés Daily Mail intenta responder
Qué fue lo que dijo Foley
Demacrado, con la cabeza rapada y vestido como si fuera un preso, Foley lee su declaración final con una claridad impresionante.
"Llamo a todos mis amigos, a mi familia y a mis seres queridos a levantarse contra mis verdaderos asesinos, el gobierno de los Estados Unidos", dice al principio. Y continúa: "Porque lo que me sucede hoy es sólo una consecuencia de su complacencia y criminalidad".
"Mi mensaje a mis seres queridos: déjenme algo de dignidad y no acepten ninguna compensación miserable por mi muerte de parte de la misma gente que, efectivamente, puso el último clavo en mi ataúd con la reciente campaña aérea en a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Irak/a".
El micrófono en la solapa del periodista llega a captar el sonido de su garganta antes de empezar la segunda parte de un mensaje a su hermano, John, que sirve en la Fuerza Aérea estadounidense.
"Piensa en lo que estás haciendo. Piensa en las vidas que destruiste, incluida la de nuestra propia familia... Piensa, John, ¿a quiénes han asesinado realmente? ¿Piensan en mí, en ti o en nuestra familia el tomar esa decisión?"
"Yo morí ese día, John. Cuando tus colegas tiraron esa bomba sobre esta gente, firmaron mi certificado de muerte. me hubiera gustado tener más tiempo. Me hubiera gustado tener la esperanza de libertad y volver a ver a mi familia. Pero ese barco ya ha zarpado".
"Creo que, al final de todo, desearía no ser estadounidense", termina Foley.
Por qué lo dijo
La gente, por supuesto, dirá que una supuesta pistola está apuntada sobre la cabeza de Foley sin que sea captada por la filmación. Sin embargo, la convicción y la vehemencia de las palabras de Foley llaman la atención, y podrían refutar esa idea.
Algunas especulaciones suponen que el reportero, después de casi dos años de cautiverio, sufría Síndrome de Estocolmo: la condición por la cual la víctima comienza a empatizar con sus captores.
Una mejor explicación, de cualquier manera, es que Foley simplemente desconocía cuán cerca estaba de su propia muerte.
Posiblemente, el periodista había sido sometido previamente a "asesinatos simulados", después de los cuales había sido liberado ileso a cambio de la obediencia a sus captores. También puede haber sido inducido a hacer esa declaración suponiendo que ésta nunca se haría pública.
"Por lo general, las personas secuestradas entran en shock antes de ser asesinados, pero en este caso, da una sensación increíble de lucidez y claridad", dijo Chris Chainey, un negociador con rehenes de la policía inglesa que ha trabajador en la liberación de personas en Irak.
"Eso sugiere que él no sabe que está a punto de ser asesinado, y que supone que todavía tiene algo por ganar a partir de colaborar con sus captores".
La tesis de Chainey se apoya en el hecho de que el video del asesinato parece haber sido filmado en varias tomas por separado. La primera toma -en la que Foley habla-, lo muestra concentrado y relativamente calmado mientras aparece leyendo su declaración tal y como debe haber sido estipulado.
La segunda parte -en la que habla el asesino-, parece haber sido grabado un poco más tarde (el microfono fue removido de las prendas de Foley). Esa parte muestra al periodista sudando y temblando, lo que sugiere que para ese entonces ya es consciente de lo que le espera.
¿Y su asesino?
"Éste es James Wright Foley, un ciudadano de su país", dice el asesino en el video, con un acento que sugiere que es de Londres o de alguna de las ciudades del sudeste de Gran Bretaña.
Como Gobierno, ustedes han estado a la vanguardia de las agresiones al Estado Islámico. Han conspirado contra nosotros y han llegado muy lejos en materia de interferir en nuestros asuntos (...) Ya no están luchando contra la insurgencia; nosotros ahora somos el Ejército Islámico, el Ejército de un Estado que ha sido aceptado por un gran número de musulmanes en el mundo entero".
Suponiendo que a la persona del video le corresponde la voz del audio, expertos en extremismo explicaron que la línea argumentativa del asesino es común entre los círculos islámicos, especialmente de Occidente.
"Se sorprenderían de los efectos que este tipo de declaraciones tienen en el Reino Unido, incluso entre grupos no yihadistas", dice Ghaffar Hussain, el director de la fundación antiextremista Quilliam.
Usar a un británico para llevar adelante el asesinato, y para hablar en el video, tristemente tampoco es nada sorprendente.
"En primer lugar, no es difícil para el EI conseguir un inglés: se calcula que hay unos 500 luchando por ellos en Medio Oriente. En segundo lugar, están haciendo un video para una audiencia occidental, por lo que necesitan alguien de habla inglesa para ser entendidos".
"Y tercero: es más shockeante para los televidentes, especialmente en Gran Bretaña, pensar que este asesino proviene de un país como el de ellos, y que fue educado en una escuela como la de ellos".
Lo que el video no muestra
Aunque le deja poco margen a la imaginación, el perturbador video no muestra el momento exacto de la decapitación de Foley. Esto lo hace distinto de otros anteriores que han sido publicados, menos sofisticados.
"Algunos videos previos, como el que mostraba el asesinato de el rehén estadounidense Nick Berg en 2004, no fueron tan compartidos en las redes porque la gente los encontraba demasiado gráficos", dijo Hussain.
"Este, en cambio, ha sido editado para que parezca menos una película de bajo presupuesto, y por lo tanto sí sea una pieza más útil de propaganda", explicó el experto.
De acuerdo con el análisis del artículo de Daily Mail, es escalofriante, pero los productores del video parecen haber aprendido la técnica de los realizadores de las exitosas películas de terror, que han trabajado durante años con la idea de que es más aterrador aquello a lo que se alude pero no puede verse que las escenas de violencia explícita.
Una producción horrorosamente eficaz
A primera vista, el asesinato de Foley tiene mucho que ver con aquel de Berg y con el del contratista británico Ken Bigley, también secuestrado en Irak en el año 2004.
Los tres hombres fueron esposados y vestidos con una túnica naranja antes de ser cruelmente decapitados con un cuchillo. Sus últimos momentos de vida fueron documentados en horrorosos videos que circularon más tarde por la web.
Sin embargo, allí terminan las comparaciones. Porque mientras que los videos de los asesinatos de Bigley y Berg fueron reportados en filmaciones precarias y pixeladas, el de Foley se caracteriza por la comparativamente alta calidad de la filmación. Los realizadores usaron en esta oportunidad varias cámaras y micrófonos profesionales. Mientras los videos de Bigley y Berg se hicieron en árabe, el de Foley es en inglés y con subtítulos.
"Lo terrible del video es el hecho de lo bien organizados que están el asesino y sus cómplices", comenta Saif Rahman de la Asociación Musulmana Humanista y Cultural.
"Estas personas no son locos, ni estúpidos. El asesino parece ser un británico educado que sabe perfectamente qué es lo que está haciendo. Eso es algo que debería preocuparnos", agrega.
¿Cuál era el objetivo de los realizadores del video?
A primera vista, el objetivo del video parece estar claro: persuadir a los Estados Unidos de que detenga su acción militar sobre los objetivos yihadistas en Irak.
En la práctica, parece lograr el objetivo contrario: aumentar la presión internacional para frenar el avance del EI como sea. br/
Esto se ha prestado para suponer que entonces podría tratarse de una operación para que los Estados Unidos se metan en un conflicto de más profundidad en suelo iraquí.
Después de todo, ese movimiento permitiría a los extremistas justificar su existencia a partir del "Gran Satán" encarnado en los Estados Unidos.
Mientras la opinión pública parece oponerse a una intervención militar en gran escala, se calcula que El EI tiene en su poder a otros 20 periodistas, que podría empezar a asesinar uno a uno para lograr sus objetivos.
Por todo esto, es posible que el que acabamos de ver no sea el último video horripilante que veremos en estos días.