El papa de 77 años, en aparente buen estado de salud, respondió a preguntas sobre su popularidad y el efecto sobre él. "La vivo como una generosidad del pueblo de Dios. Interiormente, intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no enorgullecerme, porque sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!", lanzó en tono de broma.
El pontífice argentino dijo vivir esta popularidad "de manera más natural que al principio", ya que inicialmente "le asustaba un poco".
Según una fuente del Vaticano, Jorge Bergoglio habría confiado a sus próximos que pensaba estar al frente de la iglesia católica sólo algunos años. De hecho, volvió a evocar una posible dimisión como la de su predecesor a href="URL_AGRUPADOR_162/benedicto-xvi-a631" rel="noopener noreferrer" Benedicto XVI/a en 2013. La dimisión de un papa es una "institución" y ya no una "excepción", "aunque esto no guste a algunos teólogos", aseguró Francisco, quien recordó que los obispos eméritos (jubilados) eran una excepción hace 60 años, y ahora es una práctica habitual.
"Podéis decirme: Si un día usted no se siente capaz de tirar para adelante, ¿haría lo mismo? Sí. Rezaría y haría lo mismo. Benedicto XVI abrió una puerta, que es institucional", añadió.
A preguntas sobre sus vacaciones de este año, el santo padre aseguró que las pasaría "en casa", en la residencia de Santa Marta, donde vive. "Siempre tomo vacaciones. Entonces cambio de ritmo. Leo las cosas que me gustan, escucho música. Ante todo rezo", añadió el papa argentino, quien reconoció padecer "algunos problemas de nervios", que se deben "tratar". "Hay que darles mate cada día", ironizó. "Es que soy demasiado hogareño (...) La última vez que tomé vacaciones fuera de Buenos Aires, fue con la comunidad jesuita en 1975".
La agenda política del papa
Por la masacre de cristianos, el Francisco dijo que está "disponible" para ir a Irak.El pontífice sostuvo que si es necesario, se trasladará para pedir por la paz al país árabe, donde los yihadistas amenazan a la minoría católica.
Además, manifestó su deseo de viajar a China, pero advirtió que la Iglesia católica en ese país debe gozar de "libertad de acción". "Me preguntan si deseo ir a China, claro que sí. Mañana mismo. La Iglesia sólo pide libertad para hacer su oficio. Ninguna otra condición", declaró antes de abandonar Corea del Sur.