El conmovedor encuentro del Papa con las esclavas sexuales de la Segunda Guerra

En su último día en Corea del Sur, Francisco recibió a siete mujeres que fueron explotadas durante el conflicto mundial. "Quiero pedirle que nos ayude a conjurar nuestro dolor", le pidieron

EFE 163
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Durante la misa por la paz y reconciliación en la Catedral de Myeong-dong, el papa Francisco oró con siete mujeres coreanas mayores de 80 años, que durante la Segunda Guerra Mundial fueron obligadas por el ejército japonés a prostituirse.

El encuentro se dio en el marco de la visita del Sumo Pontífice a Corea del Sur, la primera gira papal a Asia en los últimos 15 años.

Esta fue la última actividad del Santo Padre en suelo coreano, a donde llegó para beatificar a 124 mártires y participar de la VI Jornada de la Juventud Asiática.

Según consigna el portal Aciprensa, una de las mujeres que tuvo la oportunidad de intercambiar unas palabras con el Papa le obsequió un pin con forma de mariposa que el Sumo Pontífice utilizó durante toda la misa. El objeto simboliza la lucha de estas mujeres por lograr justicia.

Entre 150.000 y 200.000 mujeres coreanas sirvieron como esclavas sexuales de los japoneses, y la mayoría pasaron sus vidas en silencio; 56 de ellas siguen con vida.

El tema de las "mujeres de confort" ha sido durante mucho tiempo una espina en las relaciones entre Corea del Sur y Japón.

"Si tenemos la oportunidad de hablar con él, quiero acercarme llorando y pedirle que nos ayude a conjurar nuestro dolor", señaló Lee Yong-soo, una de las víctimas, en diálogo con la agencia AP."Quiero pedirle que nos ayude a poner fin a este problema de manera pacífica", agregó.

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Por su parte, Kang Il-chul, de 87 años, recordó que "los coreanos, varones y mujeres, fueron arrebatados por los militares japoneses", y aseguró que "aunque esté en mi lecho de muerte, estaré feliz sabiendo que me encontraré con este gran hombre".

Durante años las autoridades japonesas negaron estos abusos, hasta que debido a la contundencia de las pruebas tuvo que reconocerlo y excusarse en 1993. Sin embargo, para Seúl estas disculpas no fueron sinceras y reclama indemnizaciones para las víctimas. Actualmente hay unas 54 mujeres sobrevivientes mayores de 80 años.

Además, Francisco llamó a las dos Coreas a dialogar en la última homilía y remarcó que todos los coreanos son "hermanos y hermanas de una misma familia".

"Recemos para que surjan nuevas oportunidades para el dialogo y para resolver las diferencias", apuntó el pontífice en italiano en la catedral de Myeongdong de Seúl durante la misa "por la paz y la reconciliación", su último servicio religioso en la jornada final de un histórico viaje de cinco días al país.

Francisco recordó que los coreanos sufren "una experiencia de división y conflicto que ha durado más de 60 años" y afirmó que "la cruz de Cristo revela el poder de Dios para superar cada división, curar cada herida y restablecer los lazos originales de amor fraternal".