Al menos 23 combatientes del Estado Islámico (EI) murieron por bombardeos aéreos estadounidenses y ataques de las tropas kurdas cerca de la presa de Mosul, en el norte de Irak, informó el general kurdo Abdelrahman Kurini.
Desde primera hora de este sábado, aviones de guerra estadounidenses ayudan a los "peshmergas", que luchan sobre el terreno, para recuperar la presa, en manos de los insurgentes desde el pasado 8 de agosto, y continuarán "dando constantes golpes" al EI, dijo Kurini.
Además, aseguró que hay informaciones de los servicios de inteligencia que confirman que un gran número de yihadistas huyeron hacia la localidad de Talafar, 70 kilómetros al oeste de Mosul, debido a los bombardeos de Estados Unidos a posiciones del EI en la zona.
Las fuerzas kurdas quemaron tres vehículos que pertenecían a los yihadistas.
"Habrá un progreso significativo en las próximas horas y vamos a recuperar el control de la presa" de Mosul, advirtió.
El EI controla Mosul, la segunda ciudad de Irak, desde el pasado 10 de junio y lucha en el norte del país para ampliar su declarado "califato", como cuando el pasado día 5 tomó la población de Sinyar, lo que desencadenó una crisis humanitaria denunciada por la ONU.
La presa de Mosul es de las principales reservas estratégicas de agua de Irak
La presa de Mosul es de las principales reservas estratégicas de agua de Irak, con una capacidad de varios millones de metros cúbicos y está localizada a 23 kilómetros al suroeste de la ciudad de Dohuk, en la región del Kurdistán, siendo una de las instalaciones estratégicas más importantes de Irak.
Además, constituye una amenaza importante para las ciudades iraquíes en caso de producirse un colapso de la misma, ya que está situada en suelo arenoso, por lo que necesita de una continua inyección de cemento.
Tras la caída de Mosul y la desbandada de las tropas iraquíes, los "peshmergas" han pasado a dominar zonas disputadas con Bagdad como la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte del país, y han intentando contener el avance yihadista en la zona.
Más de 120.000 cristianos se han desplazado para escapar de los yihadistas desde las localidades de Qaraqosh (la mayor ciudad cristiana de Irak) y Telkif hacia las de Erbil y Dohuk.